Gracias a Arqfoto hoy proponemos un paseo por una de las casas más míticas de la Historia de la Arquitectura: la Glass House de Philip Johnson situada en New Canaan, Estados Unidos.
La frase less is more fue el mantra al que se agarró Johnson para crear un arriesgado proyecto final de carrera para su graduación en la Universidad de Harvard: una casa con la simplicidad y la claridad como bandera, inspirada en los postulados de Mies van der Rohe. Fue una de las precursoras del estilo arquitectónico moderno y el uso de nuevos materiales, representando el extremo de la desmaterialización de la arquitectura.
Fue un proyecto polémico, alabado y criticado a partes iguales: considerado por algunos poco confortable para ser habitado, pero innovador por la transparencia del material, porque ya no son los muros los que contienen un espacio interior, sino la propia vegetación existente en su emplazamiento. La propuesta de Johnson fue adaptarse al terreno para poder ubicar la casa en el mismo, manteniendo su continuidad original y sin intervenir a gran escala en la naturaleza existente.
Es así que la Casa de Cristal es un ensayo de mínima estructura, geometría, proporción y efectos de transparencia y reflexión. La casa sigue la línea constructiva de la época, utilizando como materiales el acero, hormigón y vidrio en paneles, gracias a los avances tecnológicos que habían surgido en el momento. Fue diseñada paralelamente a la Casa Farnsworth de Mies Van der Rohe, la cual cumplía con la misma tipología constructiva que la casa de Johnson.
Glass House posee una estructura metálica muy ligera, que no oculta ni dificulta la visión hacia el exterior, ya que todas las paredes son vidriadas permitiendo ver lo que pasa de un extremo a otro. La transparencia del cristal hace de este espacio un volumen muy ligero, conseguido creando ventilación cruzada permanente para la entrada y salida de aire que evita la condensación.
La planta del edificio parte de un cubo, cuyo contorno se forma solo gracias al fino trabajo de herrería de acero pintado de negro que hace que pase desapercibido en el paisaje, ya que la casa se encuentra dentro de un recinto rodeado de árboles, permitiendo que se mezcle con el entorno. La estabilidad la aportan, además del acero negro de los marcos, el cilindro de ladrillo rojo que contiene la chimenea y el baño, únicas partes de la casa que no son transparentes. Las mayores descargas de la losa superior, y de posibles nevadas y lluvias sobre ella, convergen en este núcleo central de forma cilíndrica, que genera una buena distribución de las cargas hacia la tierra.
Dado que el techo es opaco y no ‘existen’ paredes —puesto que son transparentes— los visitantes a la casa tienen la sensación de estar bajo techo, pero nunca encerrados en un edificio. La transparencia del material permite que el paisaje existente sea prácticamente el elemento que construye la imagen interior de la casa, que va variando durante las estaciones del año y adquiere distintos matices durante el día.
Todo el mobiliario interior de la casa fue diseñado por Philip Johnson, a excepción del salón, con muebles de Mies van der Rohe. Nunca se utilizó más de un tono de colores para el mobiliario y siempre con la misma combinación de texturas. También destaca la utilización de los materiales usados en la construcción: vidrio para mesas y marcos de acero flexible en sillones y demás.
El pasado mes de septiembre, la casa celebró el 110º aniversario del nacimiento de Philip Johnson y el 10º de su apertura al público con una instalación puntual (nunca mejor dicho) firmada por Yayoi Kusama: Dots Obsession – Alive, Seeking for Eternal Hope.
Kusama cubrió Glass House al completo con lunares de color rojo. Los lunares se integran directamente en la arquitectura de la Casa de Cristal, complementando su estructura y su estética e insuflándole nueva vida. Para el artista japonés, el lunar representa al individuo y su propio universo. Del mismo modo, Philip Johnson creó su propio universo privado en la casa, esculpiendo cada aspecto del paisaje e interactuando con él.
Para más información visiten: Arqfoto, The Glass House
Vía: diarioDESIGN
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