Tras varios años trabajando en una habitación vacía en casa, el dúo formado por marido y mujer Syd y Shea McGee, propietarios del estudio de interiorismo Studio McGee, decidieron convertir su pequeño negocio en algo mucho mayor.
La búsqueda de un espacio de trabajo comenzó en 2014 tras añadir 5 nuevos miembros a su equipo. Encontraron un pequeño loft de dos habitaciones en el piso superior de un antiguo edificio. El espacio era frio y oscuro pese a sus grandes ventanales, así que lo pintaron totalmente en blanco, desde su paredes de ladrillo visto, a sus vigas de madera e incluso el suelo.
Para decorar el espacio se combinaron piezas de Ikea y mercadillo con otras de diseño, consiguiendo un bello contraste entre lo viejo y lo nuevo, lo económico y lo high-end.
Para más información visiten: Studio McGee
Vía: chicdeco
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