miércoles, 23 de marzo de 2016

BoHo PRAGUE HoTEL: tradición y diseño de sello español.

El estudio de arquitectura barcelonés GCA ARCHITECTS es el autor de este exclusivo hotel situado en el corazón de Praga. Antonio Puig -socio fundador de la firma- y Patricia Aragón -como arquitecto directora- han sido los autores de la rehabilitación del histórico edificio en el que se sitúa BoHo PRAGUE HoTEL.

Dicho edificio se sitúa en la calle Senovazna 4, muy cerca de la famosa plaza del Reloj en el centro de la ciudad. Data del 1911 y se trata de una construcción entre medianeras, con una planta en forma de C, que genera un patio en su interior. Se pueden distinguir tres partes conectadas entre sí: el ala A cuenta con cinco plantas incluyendo la baja, y una última abuhardillada, el ala B, con cuatro y el ala C, con tres.
A lo largo de la historia el edificio ha sido objeto de varias reformas. Su último uso fue el de oficinas. El proyecto de rehabilitación actual lo convierte en un hotel de 4 estrellas con 57 habitaciones, bar, restaurante y zona wellness.
En cuanto a la arquitectura se refiere, una premisa por parte del Instituto Nacional de Patrimonio de la ciudad de Praga, fue proteger varios elementos y recuperar otros que con el paso del tiempo se habían perdido. Por este motivo, tras una exhaustiva búsqueda de información gráfica, se ha reconstruido la parte inferior de la fachada principal.
De esta manera, usando la madera pintada como material principal y trabajando mano a mano con expertos carpinteros artesanos, se consiguió la reinterpretación de los escaparates de madera de estilo Art Noveau tan característicos de la ciudad.
Todas las ventanas exteriores de las plantas existentes han mantenido el diseño original, esto incluye la composición y la imagen estética de los marcos. De la misma manera, las escaleras y las barandillas de hierro interiores estaban protegidas y pudieron mantenerse.
Los pavimentos existentes de los escalones y el mosaico de terrazo continuo de los descansillos han sido restaurados por un experto local.
Se ha levantado una nueva planta de obra nueva en el ala B y 2 plantas más en el ala C, así como una planta intermedia sobre la planta baja en el ala C, aprovechando la gran altura existente. El patio se ha liberado, derribando la cubierta con la que el anterior inquilino lo había tapado. La propuesta buscaba en crear un espacio exterior cubierto para ser disfrutado por los clientes durante todo el año.
La solución formal empleada ha sido crear una estructura acristalada con apariencia etérea y permeable. De esta manera tanto los planos verticales del patio, como la planta recuperan su condición de fachada exterior. Este punto es clave en el proyecto, ya que la mayoría de las habitaciones se vuelcan a este espacio singular que confiere carácter al proyecto.
El gran potencial del edificio es su altura entre plantas. Una cualidad que proporciona a todas las estancias la sensación de amplitud. Tanto en las habitaciones como en las zonas comunes, esta peculiaridad se ha mantenido y enfatizado.
Con respecto al interiorismo, desde el principio la premisa de los arquitectos para este proyecto fue resaltar la calidad del edificio. Se trabajó directamente con la Propiedad ya que quería ofrecer algo especial y diferente en Praga en relación a los servicios que el hotel ofrecería.
En las habitaciones se jugó con la iluminación indirecta y los reflejos, buscando un ambiente acogedor e íntimo, pero a la vez amplio y espacioso.
Era muy importante enfatizar la historia del edificio, por lo que han utilizado molduras contemporáneas en paredes y techos, que contrastan con la sobria modernidad del mobiliario.
En las zonas comunes, el objetivo era conseguir hacer sentir al cliente como en su propia casa, generando espacios como salones en el bar, una acogedora biblioteca con chimenea para descansar, un restaurante luminoso y fresco para tomar el desayuno… El uso del pavimento de madera proporciona una sensación cálida y da continuidad a todas las zonas. Cada estancia en la planta baja cuenta con un elemento singular como es la barra de piedra pulpis en el bar, la estantería junto con la gran lámpara en la biblioteca o la mesa de mármol venato del restaurante.
El mobiliario, las lámparas decorativas y todos los textiles han sido escogidos basándose en una paleta de colores chocolate, azul neutro y ocre, combinando también la madera y el hierro envejecido. En todas las habitaciones hay unas fotografías de Praga, que fueron sacadas por un artista usando unas cámaras hechas a mano por él mismo.
La zona Wellness es un espacio de líneas puras y ha sido diseñado buscando un ambiente sofisticado utilizando la luz difusa para iluminar los diferentes elementos, como son sauna, baño de vapor o el jacuzzi.
El hotel dispone también de un gimnasio y una sala de tratamientos que completan los servicios.
Desde la arquitectura hasta el interiorismo en el hotel, todos los detalles han sido pensados para ensalzar el edificio y estar a la altura de la ciudad en la que se encuentra.

Para más información visiten: GCA ArchitectsBoHo PRAGUE HoTEL
Vía: diarioDESIGN











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