El taller de este zapatero, situado en el campo cerca de Louvain-la-Neuve, se convirtió en una vivienda unifamiliar. Construido en 1950, el edificio central se complementó con anexos al oeste y el este. El edificio de madera está hecho de retazos, entregando la apariencia de una "cabaña artesanal".
Por el otro lado, la casa se encuentra semi-enterrada y se apoya en una pared de ladrillos de soporte robusto que le entrega estabilidad a la construcción. Originalmente cubierto, este muro fue expuesto durante la renovación con el fin de revalorizar su carácter constructivo. Tras un incendio en 2012, el techo tuvo que ser reconstruido. A pesar de contar con un presupuesto limitado, el objetivo era aprovechar el mayor espacio interior posible. La azotea se intensificó ligeramente y se eliminaron los marcos originales para restaurar la importancia del espacio central como «foyer».
Los espacios de noche se organizaron en los anexos que flanquean este gran volumen central. En el oeste, el acceso y el garaje se redujeron 60 cm para incluir un dormitorio y una sala de música acogedor y flexible. Hacia el este, se sumaron otros dos dormitorios, uno con mezzanine.
Para más información visiten: Aurelie Hachez
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