El diseño de esta tienda de 40 m2 se basa en una retícula tridimensional que actúa como segunda piel de las envolventes, generando un volumen permeable visualmente, que ordena el espacio, a la vez que genera nichos para exponer el producto.
La trama nace de la relación de recurrencia que define la sucesión de Fibonacci, de modo que los elementos que la componen se repiten progresivamente. Cada complemento tiene su propio espacio de exposición, consiguiendo de esta manera que puedan convivir en un espacio de pocos metros cuadrados elementos de diferentes estilos, formas y colores.
Los materiales son utilizados en su estado puro: pladur visto, pavimento color cemento, madera. La estructura está marcada por la madera con una veladura blanca en degradado, que deja a la vista la textura y esencia de la materia. Los estantes de chapa estirada con diferentes escalas actúan como tamiz de luz, generando un juego con las texturas ya comentadas del material.
La luz es un elemento compositivo más, que enfatiza el ritmo de la retícula a la vez que realza el producto.
La luz es un elemento compositivo más, que enfatiza el ritmo de la retícula a la vez que realza el producto.
Un espejo en el techo multiplica la estructura y genera el efecto de continuidad.
En el centro del espacio, un mueble expositor que a la vez sirve como mueble caja, un volumen macizo con geometría facetada, actúa como elemento singular y a la vez ordena el recorrido de la tienda.
En el fondo, el revestimiento fresado oculta módulos extraíbles para almacenaje de producto.
En el fondo, el revestimiento fresado oculta módulos extraíbles para almacenaje de producto.
La fachada es una tercera piel de lamas, que nos otorga más visión del interior según nos acercamos. Tres “ventanas” actúan de escaparate, con una gran apertura de forma asimétrica como entrada a la tienda.
Para más información visiten: Dear Design
Vía: diarioDESIGN
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