martes, 25 de febrero de 2014

Salón de belleza de Isaac Salido en Madrid

Si sube por la calle Villalar de Madrid, a la altura del número 11, le llamará la atención un nuevo local, aunque parece que lleva ahí toda la vida. Se trata del extraordinario y poco común salón de belleza del peluquero y estilista Isaac Salido. En realidad, es más que un salón de belleza (y mucho más que una peluquería), título que se le queda cortísimo, a falta de otro mejor que defina estesingular espacio.

El local, que se encuentra a pie de calle, se sometió a una cuidada y completa rehabilitación hasta conseguir este aire industrial post-moderno, que recuerda un poco a la película Sin City, con esa estética retrofuturista, como la define Isaac. Una especie de vintage postmoderno, para lo que contó con la ayuda de Kike Keller. En la imagen, el corazón del local, la zona de peinado, compuesto por ocho sillas de barbero y una viga antigua de un molino, que fragmenta el espacio en dos.
La reforma consistió en despojar el local de elementos excesivamente ornamentales, para conseguir ese aire industrial y austero, y dejar los elementos constructivos originales a la vista: techos sin cielo rasos, paredes de ladrillo visto, vigas de acero… El suelo, de cemento pulido, y las paredes blancas ceden todo el protagonismo al mobiliario recuperado, reciclado y restaurado, como las ocho sillas de barbero que consiguió en Tarragona.

La singularidad de este espacio es que no está concebido como un salón de belleza al uso (y mucho menos como una peluquería). Pero sí es un espacio dedicado al 100% a la belleza, el bienestar y el disfrute propio. Es decir, un local hedonista sin complejos. Precisamente, lo que pretende Isaac y su equipo es que se sienta la reina del mambo (porque yo lo valgo).
De ahí que la decoración esté a la altura del trato exclusivo y personalizado que se da a cada cliente. Así se planteó también este proyecto de interiorismo, con piezas compradas aquí y allá, en mercadillos, por internet, a través de amigos… no hay una pieza igual que otra, cada una tiene su historia, su origen… es única, como los clientes de Isaac Salido.
En este multiespacio puede merendar, tomar el aperitivo o degustar recetas mallorquinas de la abuela de Isaac. Tienen a disposición una librería-biblioteca,donde puede dejar y llevarse libros. Las paredes acogen improvisadas exposiciones de jóvenes artistas. La música es exquisita: bossa nova, boleros, melodías acogedoras no comerciales y muy lejos del chunda chunda. En definitiva, absolutamente todo está hecho y pensado para el disfrute sensorial.
Otra de las zonas es el centro del color, donde Katia, experta en colores y tintes, tiene su pequeño reino como si de una alquimista se tratara. Pero antes de tan siquiera mojarse el pelo, Isaac y los miembros del equipo tienen una larga charla con el cliente, donde sale a la luz lo que quiere, lo que busca, donde se siente más cómodo y lo que le sienta mejor… Una auténtica sesión de "peluterapia".
La iluminación colabora, sin duda, a conseguir ese ambiente intimista y acogedor necesario para una terapia de belleza. Tres tipos de focos diferentes (puntual, difusa y general) crean estudiadas ambientaciones, como si fueran escenografías envueltas en un halo de misterio y evocación.
La dilatada carrera de Isaac Salido como peluquero y estilista en Londres, Portugal, Brasil o Nueva York se plasma en cada detalle de este espacio. De todas estas fuentes bebió antes de instalarse en Madrid y abrir, hace un año, su salón retrofuturista, en el que encajó todas sus ideas estéticas, sus gustos, sus filias y, lo más importante, la forma de tratar a sus clientes para que disfruten del tiempo que se dedican.

Para más información visiten: Kike Keller 
Vía: decoratrix















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