Es posible que en más de una ocasión se le haya levantado la pintura de la pared y le obligase a retocar la superficie. Cuando se dispone a abrir el bote de pintura que sobró se encuentra con una capa gruesa de pintura que hace prácticamente inviable ponerse a pintar.
Para que no le vuelva a ocurrir nunca más es preciso que tenga en cuenta los siguientes trucos:
Hay que evitar que entre aire a la lata de pintura cuando se cierre. También sería aconsejable limpiar la tapa con aguarrás y un paño.
Para cerrar la lata lo mejor es hacerlo de una manera suave, dando pequeños golpes alrededor de ella con un martillo. Conseguiremos así que se cierre herméticamente. Revise que no quede ningún punto abierto, ya que además de la entrada del aire podría derramarse por fuera.
Hay que identificarla con un rotulador, para saber si se trata de la pintura del salón, techo, habitación, plástica, etc. Tampoco estaría mal que apuntase la fecha de apertura para saber cuál es la más vieja.
Hay que guardarla boca abajo, para darle la vuelta cuando se vaya a utilizar.
Recuerde que además de tener en buen estado la pintura es preciso tener limpios los pinceles y brochas.
Vía: habitissimo
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