La casa de la diseñadora gráfica danesa Stéphanie Barbon es un magnífico ejemplo de cómo el estilo escandinavo clásico gana muchos puntos si se le saben añadir detalles definitivos a la decoración, el clásico “toque personal” que cada persona suele darle a su hogar y que reinventa con estilo la propia decoración.
Esta diseñadora juega muy bien con las líneas geométricas en la decoración, realzando cada estancia de un modo vistoso y al tiempo elegante. Es el caso de la alfombra bajo esta mesa, cuyo diseño juega visualmente con las patas de las sillas, creando un efecto dinámico e impactante.
Las composiciones en líneas negras son otro de los aciertos que esta mujer ha sabido introducir dosificadamente en el estilo básico nórdico, cuya apariencia luminosa y vibrante se basa sobre todo en el color blanco, la esencia del interior de las casas del norte de Europa.
Cada detalle parece pensado y calculado para crear estos divertidos juegos visuales de líneas y colores, que aportan tanta viveza y presencia a esta bonita casa familiar, en un juego de formas que encandilará a los más curiosos.
Vía: Guía para decorar
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