

Para completar el mensaje, se colocaron tarjetas con dichos típicos de estos establecimientos mexicanos como: “kilos de a kilo”, “pásele pásele” o el clásico de “si no compra, no magulle”.
270 libros se atornillaron a los muros generando una textura que provoca tocarla. Los libros abiertos en una página donde se ilustran pinzas de madera aportan calidez y el olor tan particular que tienen los libros nuevos al espacio.

Además, para lograr una experiencia única del comprador, en el stand también se colocaron manzanas naturales de cortesía para que los visitantes pudieran llevarse una y, por qué no, acompañar su lectura con una rica manzana. Las empleadas llevaban mandiles diseñados especialmente para que todo el espacio y ambiente fuera congruente con el concepto de diseño.

Para más información visiten: eos méxico
Vía: diarioDESIGN
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