Para todos aquellos que no podamos emular a Karen Blixen y su mítica ‘Yo tenía una granja en África…’, siempre nos quedará el Hotel Babylonstoren, en Sudáfrica. Una pequeña joya que permite a los huéspedes sumergirse en el ambiente de las antiguas granjas surafricanas, y sus inmensos paisajes, sin perder el confort del siglo XXI. No por nada la revista Tatler lo ha seleccionado como el mejor hotel de 2011.
Babylonstoren, situado en la región vinícola de Cape Winelands, a 60 kilómetros de Ciudad del Cabo, también hará disfrutar a los amantes del diseño pues es uno de los mejores ejemplos de arquitectura Cape Dutch, un estilo que desarrollaron los emigrantes holandeses y flamencos del siglo XVII, caracterizado por plantas en forma de H, gruesas paredes de piedra pintadas de blanco, techos de paja y, sobre todo, grandes y ornamentados frontones en la fachada. Edificada en 1777, la Manor House de la granja (casa principal) es su mejor exponente.
En esa casa viven los actuales propietarios de Babylonstoren, Karen Roos y su marido. Tomaron las riendas de la granja, fundada en 1690 y todavía en funcionamiento, hace una década pero ahora han transformado algunas de sus dependencias en un hotel boutique. Karen, antigua directora de la edición sudafricana del Elle Deco, se encargó ella misma de todo el proceso de restauración, en el que ha tratado de evocar el ambiente original de la granja con elementos de diseño antiguos y modernos.
El resultado son catorce suites ubicadas en los cottages donde antiguamente vivían los jornaleros de la granja. Siete de ellas cuentan con una original cocina enclavada en una caja acristalada que sobresale del edificio y ofrece unas vistas únicas del entorno.
En el diseño de todas las habitaciones predomina la sencillez, si bien algunos de los cottages respiran un ambiente más señorial, o lujoso, gracias a una cuidada selección del mobiliario y los materiales.
El blanco es el protagonista de todas las estancias, el cual aporta mucha luminosidad y, sobre todo, una grata sensación de serenidad en las estancias.
Muebles antiguos, de la granja o comprados en mercadillos, se mimetizan, y viceversa, con piezas de diseño actuales y divertidas como el Perro de Eero Aarnio y los originales percheros en forma de árbol de Michael Young y Katrin Olina o el Baobab de Xavier Lust.
Algunos de los cottages respiran un ambiente más rústico gracias a sus suelos hechos con tablones de madera de roble.
El hotel cuenta con un original restaurante llamado Babel. Ubicado en lo que antiguamente era el establo de la granja, destaca, en cuanto a diseño, por su ambiente ecléctico en el que se mezclan mesas de mercadillos con sillas de Philippe Starck. Una enorme cabeza de res pintada en la pared de cerámica preside el restaurante. Por cierto que el personal apunta los platos del día en la misma pared.
Por supuesto, Babylonstoren cuenta con toda clase de actividades para que los huéspedes se relajen lo máximo posible. Un granero pintado completamente de blanco es ahora una espectacular sala de yoga y danza.
El hotel también dispone de un gimnasio, un spa, sauna y piscina exterior con vistas al Valle Drakenstein.
La granja cuenta con un total de 200 hectáreas en las que se cultivan frutas, verduras, plantas aromáticas y viña.
El estilo Cape Dutch también se aprecia en los corrales, el palomar y en los muros que rodean la granja.
Los ingredientes de los platos que se elaboran en el restaurante Babel son siempre frescos y proceden de la propia granja o de otras vecinas. De hecho, los huéspedes están invitados a recoger ellos mismos los productos que quieran comer.
Aquí les dejo la web del hotel: Hotel Babylonstoren
Vía: diarioDESIGN
Babylonstoren, situado en la región vinícola de Cape Winelands, a 60 kilómetros de Ciudad del Cabo, también hará disfrutar a los amantes del diseño pues es uno de los mejores ejemplos de arquitectura Cape Dutch, un estilo que desarrollaron los emigrantes holandeses y flamencos del siglo XVII, caracterizado por plantas en forma de H, gruesas paredes de piedra pintadas de blanco, techos de paja y, sobre todo, grandes y ornamentados frontones en la fachada. Edificada en 1777, la Manor House de la granja (casa principal) es su mejor exponente.
En esa casa viven los actuales propietarios de Babylonstoren, Karen Roos y su marido. Tomaron las riendas de la granja, fundada en 1690 y todavía en funcionamiento, hace una década pero ahora han transformado algunas de sus dependencias en un hotel boutique. Karen, antigua directora de la edición sudafricana del Elle Deco, se encargó ella misma de todo el proceso de restauración, en el que ha tratado de evocar el ambiente original de la granja con elementos de diseño antiguos y modernos.
El resultado son catorce suites ubicadas en los cottages donde antiguamente vivían los jornaleros de la granja. Siete de ellas cuentan con una original cocina enclavada en una caja acristalada que sobresale del edificio y ofrece unas vistas únicas del entorno.
En el diseño de todas las habitaciones predomina la sencillez, si bien algunos de los cottages respiran un ambiente más señorial, o lujoso, gracias a una cuidada selección del mobiliario y los materiales.
El blanco es el protagonista de todas las estancias, el cual aporta mucha luminosidad y, sobre todo, una grata sensación de serenidad en las estancias.
Muebles antiguos, de la granja o comprados en mercadillos, se mimetizan, y viceversa, con piezas de diseño actuales y divertidas como el Perro de Eero Aarnio y los originales percheros en forma de árbol de Michael Young y Katrin Olina o el Baobab de Xavier Lust.
Algunos de los cottages respiran un ambiente más rústico gracias a sus suelos hechos con tablones de madera de roble.
El hotel cuenta con un original restaurante llamado Babel. Ubicado en lo que antiguamente era el establo de la granja, destaca, en cuanto a diseño, por su ambiente ecléctico en el que se mezclan mesas de mercadillos con sillas de Philippe Starck. Una enorme cabeza de res pintada en la pared de cerámica preside el restaurante. Por cierto que el personal apunta los platos del día en la misma pared.
Por supuesto, Babylonstoren cuenta con toda clase de actividades para que los huéspedes se relajen lo máximo posible. Un granero pintado completamente de blanco es ahora una espectacular sala de yoga y danza.
El hotel también dispone de un gimnasio, un spa, sauna y piscina exterior con vistas al Valle Drakenstein.
La granja cuenta con un total de 200 hectáreas en las que se cultivan frutas, verduras, plantas aromáticas y viña.
El estilo Cape Dutch también se aprecia en los corrales, el palomar y en los muros que rodean la granja.
Los ingredientes de los platos que se elaboran en el restaurante Babel son siempre frescos y proceden de la propia granja o de otras vecinas. De hecho, los huéspedes están invitados a recoger ellos mismos los productos que quieran comer.
Aquí les dejo la web del hotel: Hotel Babylonstoren
Vía: diarioDESIGN
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