La mesa de centro es uno de los elementos más curiosos que existen en el mundo de la decoración. Para empezar cabe decir que se trata de esa pequeña mesa baja que se acostumbra a colocar delante del sofá, y cuyos posibles usos son tantos como los que nosotros queramos darle.
Pero además de curioso, es un elemento altamente polémico, parece mentira la cantidad de opiniones que aun, a priori, simple elemento de decoración. Despierta simpatías y antipatías al 50%, hay quienes no dudan un minuto de su necesidad y otros que por más que piensan y piensan no acaban de encontrarle utilidad a semejante elemento…
El diseño se ha encargado de hacer que la mesa de centro pueda ser casi como nosotros queramos, e incluso que pueda ser sustituida por algún otro elemento de decoración que pueda hacer las veces de mesa, sin llegar a serlo.
Podemos encontrarlas elevables, que son perfectas si acostumbramos a comer o cenar sobre ellas, al elevar la tapa superior conseguiremos una postura sana para nuestra espalda, y comeremos sentados casi con la misma postura que lo haríamos en una mesa de comedor tradicional.
Podemos poner una única mesa de centro, o dos más pequeñas, poner una mesa redonda, cuadrada, rectangular, de madera, de forja, en armonía con la del comedor o completamente diferente, con el mismo diseño que la mesa de rincón…
Decorativamente hablando, la mesa de centro contribuye a zonificar el espacio, a enmarcar la zona de televisión o descanso, que es la zona del sofá, y sirve como apoyo auxiliar, aunque esto último está claro que es discutible.
Decorar consiste en encontrar la funcionalidad de los elementos, buscar soluciones a nuestras necesidades, y optar por colocar sólo aquellas cosas que nos ponen la vida más fácil, y no otras que nos entorpecen el movimiento y no nos aportan ninguna utilidad.
Vía: Reformas Zirma
Pero además de curioso, es un elemento altamente polémico, parece mentira la cantidad de opiniones que aun, a priori, simple elemento de decoración. Despierta simpatías y antipatías al 50%, hay quienes no dudan un minuto de su necesidad y otros que por más que piensan y piensan no acaban de encontrarle utilidad a semejante elemento…
El diseño se ha encargado de hacer que la mesa de centro pueda ser casi como nosotros queramos, e incluso que pueda ser sustituida por algún otro elemento de decoración que pueda hacer las veces de mesa, sin llegar a serlo.
Podemos encontrarlas elevables, que son perfectas si acostumbramos a comer o cenar sobre ellas, al elevar la tapa superior conseguiremos una postura sana para nuestra espalda, y comeremos sentados casi con la misma postura que lo haríamos en una mesa de comedor tradicional.
Podemos poner una única mesa de centro, o dos más pequeñas, poner una mesa redonda, cuadrada, rectangular, de madera, de forja, en armonía con la del comedor o completamente diferente, con el mismo diseño que la mesa de rincón…
Decorativamente hablando, la mesa de centro contribuye a zonificar el espacio, a enmarcar la zona de televisión o descanso, que es la zona del sofá, y sirve como apoyo auxiliar, aunque esto último está claro que es discutible.
Decorar consiste en encontrar la funcionalidad de los elementos, buscar soluciones a nuestras necesidades, y optar por colocar sólo aquellas cosas que nos ponen la vida más fácil, y no otras que nos entorpecen el movimiento y no nos aportan ninguna utilidad.
Vía: Reformas Zirma
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