Oportunidad. La vivienda original, ejemplo típico de diseño y construcción rápidos propios de la ciudad de Madrid de los 60, contenía una verdadera oportunidad de proyecto.
Proceso. En el diseño aunaron la ilusión académica y utópica con un enfoque práctico, deseo de experimentación y búsqueda de materialidad. Durante el proceso utilizaron la propia casa como oficina técnica. El espacio se vive, se disfruta y se altera.
La experiencia directa del espacio les lleva a descubrir: Espacialmente: la ventana como elemento sobresaliente de la vivienda. Constructivamente: la estructura de acero oculta.
Además detectaron y trabajaron con la simbiosis entre lo aprendido académicamente y la experiencia subjetiva de sus propias vivencias personales acerca de lo que entienden por un hogar.
Propuesta. Propusieron una vivienda generosa en un espacio reducido. Desde la resta, eliminaron todo lo prescindible. La búsqueda de lo esencial les llevó a: la estructura roja que jerarquiza el espacio, las ventanas que se abren al cielo, la madera que aporta calidez, la variedad material del blanco que envuelve la totalidad.
Construcción. El conocimiento preciso de lo existente les permitió una adecuada intervención. En busca de una arquitectura honesta y cuidada, prestaron especial atención a los detalles, a la materialidad escogida y a los actores en los procesos del proyecto.
Su prioridad consistió en formar un equipo sólido de oficios y expertos con los que, compartiendo capacidades, materialidad y experiencia, se desarrollara en conjunto cada detalle constructivo logrando soluciones óptimas que superasen las posibilidades de lo estrictamente convencional. La construcción acabada, como resultado, es el testigo y el reflejo de un proceso cuidado.
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