El salón cuenta habitualmente con un grupo de sillones o tresillos con una o varias mesas en su frente colocadas sobre una alfombra. En ellos, se sientan los miembros de la familia a conversar, leer, escuchar música o ver la televisión. Es habitual disponer también de otros muebles auxiliares en los laterales o junto a las paredes, plantas, objetos de adorno así como estanterías para libros.
Aún tratándose de una estancia luminosa, por lo general, los salones disponen de diferentes sistemas de iluminación que tienen diferentes usos: cenital como iluminación general, apliques para destacar los cuadros y crear un ambiente acogedor, lámparas como complemento y para realizar actividades de concentración: leer, coser, etc.
Como centro de la vida familiar, el salón suele disponer de diferentes aparatos electrónicos de ocio: televisor, vídeo reproductor o DVD, equipo de música y más recientemente, incluso, ordenador personal.
Evolución del salón
En ausencia de aparatos electrónicos, antiguamente los salones se utilizaban para conversar, realizar actividades domésticas tales como coser, leer el periódico o jugar. Al no existir calefacción central, el salón se convertía en la estancia más cálida del hogar al contar con una gran chimenea en lugar destacado.
El término salón siempre ha tenido connotaciones de elegancia respecto al más doméstico cuarto de estar. No en vano es el que se usa para denominar las grandes estancias en que se realizaba la convivencia diaria en los palacios. Los salones se han utilizado tradicionalmente para recibir visitas por lo que se ha cuidado en extremo la calidad de los muebles y tapicerías en relación al cuarto de estar en que se utilizaban materiales más comunes. En este segundo se realizaba la actividad familiar cotidiana reservando el primero para ocasiones especiales.
Evolución del salón
En ausencia de aparatos electrónicos, antiguamente los salones se utilizaban para conversar, realizar actividades domésticas tales como coser, leer el periódico o jugar. Al no existir calefacción central, el salón se convertía en la estancia más cálida del hogar al contar con una gran chimenea en lugar destacado.
El término salón siempre ha tenido connotaciones de elegancia respecto al más doméstico cuarto de estar. No en vano es el que se usa para denominar las grandes estancias en que se realizaba la convivencia diaria en los palacios. Los salones se han utilizado tradicionalmente para recibir visitas por lo que se ha cuidado en extremo la calidad de los muebles y tapicerías en relación al cuarto de estar en que se utilizaban materiales más comunes. En este segundo se realizaba la actividad familiar cotidiana reservando el primero para ocasiones especiales.
Recientemente, dado el menor tamaño de las viviendas, la distinción entre ambos prácticamente ha desaparecido utilizando el salón tanto para la función pública como la privada. Con objeto de ganar espacios en la casa, también se ha popularizado la introducción de la mesa de comedor en el salón creando una sola estancia para las dos funciones: el salón-comedor.
Vía: Wikipedia
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