martes, 23 de octubre de 2018

Cómo instalar un punto de recarga para vehículos eléctricos en el garaje (2018)

Decíamos en 2014 que los coches eléctricos estaban comenzando su andadura, aunque realmente los primeros aparecieron en el siglo XIX. Hoy, ya en 2018, han avanzado notablemente en su camino, y hay cada vez más modelos entre los que elegir: en España más de 40 modelos o versiones. En todo este tiempo las baterías, y también la autonomía, han evolucionado mucho, y todavía van a evolucionar un poco más en los próximos 5 años. El siglo XXI será del coche eléctrico.
Sin embargo, con una tecnología que está comenzando, y pasa también en otros ámbitos, todavía algunas cosas tienen que mejorar: por ejemplo la infraestructura de recarga de vehículos eléctricos no es todo lo abundante y competitiva en precios que sería deseable. El hecho es que quien quiera tener un coche eléctrico hoy en día es (casi) imprescindible que disponga de un punto de recarga en su plaza de garaje. Vamos a ver cómo puede instalar uno conforme a la normativa vigente, y qué ayudas puede tener (con información actualizada a enero de 2018).

Mi coche está aparcado en la calle, ¿qué puedo hacer?
Llegados a este punto nos encontramos con una primera dificultad, ¿qué sucede si no tengo plaza de garaje, y aparco el coche en la calle?
Bien, en principio, tal como está la situación en España, hay que tener presente que un coche enchufable, sea un coche 100% eléctrico, sea un coche eléctrico de autonomía extendida o sea un coche híbrido enchufable, y lo mismo para una moto eléctrica, no es muy recomendable para aquellos que no tengan una plaza de garaje en la que instalar el punto de recarga.

Hoy en día, en España, si no tiene una plaza de garaje, no es muy recomendable hacerse con un coche eléctrico, si no quiere complicarse la vida a la hora de recargarlo
De todos modos algunos gestores de carga empiezan a ofrecer también la posibilidad de instalar un punto de recarga en la calle para un usuario. Eso sí, no es fácil: hay que solicitarlo, el gestor evalúa su viabilidad, se depende del permiso municipal, y hay que vincularse con el gestor con un contrato y bono de recarga mensual.
En otros países como Noruega, donde el coche eléctrico se está implantando rápidamente, hay por la calle aparcamientos específicos para coches eléctricos con puntos de recarga para cada plaza. En España no tenemos la misma situación, hay muy pocos puntos de recarga por las calles. No olvidemos que no solo hay que instalarlos, sino mantenerlos operativos.
Poco a poco habrá más, sobre todo en aparcamientos de uso público, ya sean en superficie, ya sean subterráneos, gracias a que se ha actualizado el real decreto que regula la figura del gestor de carga, para simplificar que hoteles, centros comerciales y empresas puedan instalar puntos de recarga para vehículos eléctricos.

La regulación ha cambiado para que sea más fácil que los aparcamientos de uso público, por ejemplo de centros comerciales, instalen puntos de recarga para vehículos eléctricos
La recarga rápida (entre 43 y 80 kW de potencia) está todavía poco extendida, así que la mayoría de los puntos de recarga de los aparcamientos de uso público son de recarga normal (entre 10 A y 16 A, hasta 3,7 kW de potencia), o con suerte de recarga acelerada (6,9 kW) o semi-rápida (hasta 22 kW). Los afortunados poseedores de un coche eléctrico Tesla disfrutan de su propia red de recarga super-rápida (a 120 kW de potencia), pero esta está pensada más para hacer viajes, que para recargar al lado de casa.
Al menos por ahora tampoco es muy recomendable plantearse tener un coche eléctrico para recargarlo siempre en estaciones de recarga rápida de uso público, pues el coste es mucho más alto que recargar en casa, y porque la alta temperatura que alcanza la batería al recargar a alta potencia, deteriora algo más rápido su vida útil (aunque tampoco hay que asustarse más de la cuenta). Es por todo esto que decimos que se hace casi imprescindible tener garaje y un punto de recarga en él, que además resulta de lo más cómodo.

Casi ningún garaje privado tiene puntos de recarga
En el caso de tener garaje para el coche, pueden suceder dos cosas: que tengamos una cochera en una casa unifamiliar, del tipo que sea, y siendo así muy probablemente ya haya algún enchufe en el garaje, o que tengamos una plaza de garaje o cochera en un garaje comunitario, con más vecinos, lo cual suele ser lo más habitual en España. En este caso casi ningún garaje tiene enchufes, y si tiene alguno, es de la comunidad.
Hay que tener presente que con un enchufe convencional, de tipo doméstico y conector schuko, de 16 A y toma de tierra, ya se puede recargar un coche eléctrico. Este tipo de enchufe sirve para lo que se viene a denominar recarga ocasional (que suele limitarse a 10 A y unos 2,3 kW de potencia). Lo más relevante en este caso es que la instalación de toma de tierra de la línea que alimenta ese enchufe esté bien instalada.

En una vivienda unifamiliar con garaje podríamos apañarnos un punto de recarga incluso 'a coste cero', enchufando el coche a una toma de corriente de 16 A mediante un cable de recarga ocasional, pero el reglamento dice que debemos tener un circuito exclusivo
Ahora bien, si queremos cumplir con la normativa, la ITC BT-52 establece que para tener una estación de recarga (ya sea un wallbox o base mural, ya sea un punto de recarga simple), habrá que instalar un circuito exclusivo. Este circuito no podrá superar los 9,2 kW de potencia.
De todos modos para poder recargar a más velocidad lo suyo es instalar una base mural de recarga, también conocida por su nombre en inglés wallbox, que cuenta con un conector específico para la recarga de coches eléctricos. Esta base funciona desde 16 A, unos 3,7 kW de potencia, aunque admite más potencia de recarga, lo cual implica una instalación con cable con mayor sección (y un suministro eléctrico también de más potencia, como es obvio). Este tipo de conector da la posibilidad además de comunicación e integración en una red eléctrica inteligente (smartgrids).
Con una vivienda unifamiliar la inversión es la menor de todas las posibles, y puede estar entre cero euros, si podemos usar directamente el enchufe que ya hay en la cochera, y alrededor de unos 500 a 750 euros, si se instala un base mural de recarga (aunque también puede ser más si se instala una base especial más exclusiva).
La cosa cambia un poco si hablamos de edificios de nueva construcción: el Real Decreto 1053/2014 establece que en los garajes comunitarios de edificios de viviendas debe haber una preinstalación, es decir, una conducción común para luego hacer más fácilmente las derivaciones a cada plaza de garaje. Ojo, porque no obliga a que haya estaciones de recarga propiamente dichas.
En cambio en los aparcamientos nuevos, de flotas, empresas, oficinas y uso público, es obligatorio que haya 1 estación de recarga cada 40 plazas de aparcamiento.

Solo hay que informar a la comunidad
En el caso de una cochera o plaza de garaje individual en un garaje colectivo la instalación se complica un poco, pero tampoco hay que asustarse. Como estamos hablando de tener que realizar una instalación en un elemento común que se comparte con otros propietarios, no podemos actuar sin más, ni hacer lo que queramos.
La Ley de Propiedad Horizontal se modificó para simplificar y facilitar la instalación. El 23 de noviembre de 2009 se publicó en el BOE número 283 la Ley 19/2009, de medidas de fomento y agilización procesal del alquiler y de la eficiencia energética de los edificios, y en su artículo tercero se modifica la Ley de Propiedad Horizontal para que no haya que someter la instalación a la aprobación de una junta de propietarios.

Para instalar un punto de recarga en un garaje comunitario, solo es necesario informar por escrito al Presidente. Pero no vale de cualquier manera (guarde una copia que justifique que lo ha hecho)
Simplemente hay que informar por escrito, de manera oficial, al presidente de la comunidad o administrador de la finca, de que se va a realizar la instalación, y guardar copia del documento con fecha y sello o firma.
En la actualidad ya se encuentra vigente la instrucción técnica complementaria número 52 del Reglamento electroténico de baja tensión (REBT) (ITC-BT-52), que regula la infraestructura de recarga para vehículos eléctricos en todo tipo de garajes.
Hay varias formas de proceder para instalar un punto de recarga para vehículos eléctricos, pero por supuesto siempre realizándose la instalación por un instalador electricista autorizado, y conforme al REBT, de modo que se garantice la calidad y seguridad de la instalación, con un sistema de protección de línea contra contactos indirectos y contra sobretensiones.

Desde nuestro contador
Si el garaje es del mismo edificio en el que vivimos, lo más razonable es realizar una derivación de nuestra instalación eléctrica individual hasta la plaza de garaje, aprovechando el mismo contrato de suministro eléctrico de la vivienda. Aquí hay dos opciones, o realizarla desde el propio contador de nuestro suministro eléctrico, o bien realizarla desde el cuadro general de mando y protección de nuestra vivienda.
La ventaja de la primera opción es que normalmente la centralización de contadores se encuentra en la planta cero, y como las plazas de garaje suelen estar en la planta cero o en planta sótano, la distancia desde el contador hasta el punto de recarga será menor, y el coste de la instalación será también algo menor, al tener que gastar menos metros de cable. Esta opción requiere de contador eléctrico digital (o electrónico) (deberían quedar ya pocos contadores analógicos, "de los viejos").
La ventaja de la segunda opción es que se puede tener un control directo de la línea del circuito que alimenta el punto de recarga desde la propia vivienda, pues se instalaría allí el interruptor automático y el interruptor diferencial, o incluso un pequeño contador, programador, etc. La pega es que cuanto más alta se encuentre nuestra vivienda, más metros de cable se necesitarán para llegar hasta el punto de recarga (y más caro nos costará).
En principio para un punto de recarga normal, o de recarga lenta, a 16 A y unos 3,7 kW de potencia, no es necesario contratar un suministro específico, con un segundo contrato y una segunda cuota fija, aunque también se podría hacer según sean las circunstancias.
Aunque algunos coches eléctricos admiten recargas a 6,6 kW y hasta 7,2 kW, lo que se viene a llamar recarga acelerada (corriente alterna monofásica, 230 V, 32 A), no todos los coches la admiten, así que téngalo en cuenta para informarse en el concesionario sobre el modelo de coche en concreto que se va a comprar, y no contratar más potencia de la necesaria (ni gastar más dinero a lo tonto).
Para un punto de recarga particular, en principio nos vale con una potencia de 3,7 kW (16 A), en general suficiente para recargar durante toda la noche en tarifa valle
Como la idea es recargar el coche eléctrico durante la noche, en tarifa valle, cuando la electricidad cuesta menos, es poco probable que coincida la recarga del coche con otros consumos, así que puede que con la potencia eléctrica contratada que tenga actualmente sea suficiente. Si es muy justo, tenga presente que con los precios actuales del término de potencia con la tarifa oficial PVPC para potencias hasta 10 kW (enero 2018), contratar 1 kW más de potencia le costaría al año unos 53,50 euros más (impuesto especial de la electricidad e IVA incluidos).
Es importante fijarse en qué grado de electrificación tiene la vivienda, pues lo que estamos haciendo es una ampliación de la instalación existente. El electricista que realice la instalación ya estará pendiente de esto. El coste final de la instalación, con el wallbox, cuadro, cables, mano de obra e IVA, puede estar entre unos 1.000 y 1.600 euros, aproximadamente.

Desde el contador del garaje
Si la plaza de garaje no está en el mismo edificio en el que vivimos, o bien si no es posible realizar la derivación desde el contador del propio usuario, porque finalmente la normativa no lo permita, o porque resulta muy difícil técnicamente, por cuestiones relacionados con el edificio, se puede hacer la derivación desde el contador eléctrico del propio garaje.
Más allá de esta diferencia, la instalación no cambia apenas con la derivación desde el propio contador individual. Se hace imprescindible un contador secundario en la derivación que servirá para que la comunidad de propietarios del garaje cobre al usuario la electricidad que consuma su punto de recarga, y se lo pasen por ejemplo mes a mes con la cuota de la comunidad correspondiente.
Para este caso obviamente no solo es suficiente con informar a la comunidad de propietarios, sino que esta debe aprobarlo.
Es conveniente dejar claro que no vale con "robar" electricidad de una línea eléctrica que pasa al lado de nuestra plaza de garaje, realizando una conexión o derivación directa sin más. Hay que hacer un nuevo circuito con su propia línea, específico para el punto de recarga. Esto es así sobre todo por una cuestión de seguridad y control, y para evitar sobrecargar un circuito ya existente.

Con un nuevo suministro
En este caso no se realiza la instalación de la línea eléctrica para el punto de recarga derivando desde un contador existente, ya sea del usuario, ya sea del garaje, sino que se contrata un nuevo suministro eléctrico, con el coste fijo mensual o bimestral correspondiente, y con su contador principal propio.
Es decir, con esta solución tendríamos un contrato para la electricidad de la casa, con sus correspondientes facturas periódicas, y también tendríamos un contrato para la electricidad del punto de recarga, a su vez con sus correspondientes facturas. Es decir, es una solución más cara para el usuario.

La desventaja de contar con una línea de suministro específica para el punto de recarga es que nos gastaremos algo más cada mes por la potencia contratada y alquiler de contador del segundo contrato de electricidad
Hay un par de variantes de este sistema. La primera es la del gestor de carga. En lugar de que sea el propio usuario el que costee la instalación, y pague a la compañía eléctrica por el suministro y el consumo, puede hacerlo a través de un gestor de carga, que es una empresa que, sin ser una compañía eléctrica, se ocupa de soluciones de recarga de vehículos eléctricos y puede revender electricidad.
En este caso la instalación, con el nuevo suministro y contador, así como el propio punto de recarga, lo paga el gestor de carga, y luego mensualmente el usuario paga al gestor de carga lo que se haya estipulado. Es decir, en este caso se paga el servicio, además del consumo. Suele haber soluciones tipo "bono" (con tantos kWh incluidos) o tipo "tarifa plana", según el caso.
Esta solución puede ser útil sobre todo en garajes muy grandes, o para personas que alquilan la plaza de garaje (cuando se van, dejan de pagar el alquiler de la plaza, dejan de pagar el servicio del punto de recarga, el gestor se lleva el punto, y todo sigue como antes).
La otra variante es que ese nuevo suministro con un contador principal sirva para varios puntos de recarga. Es lo que viene a llamarse como una instalación troncal. Del contador principal se derivan tantos contadores secundarios como puntos de recarga vaya a haber. De nuevo esta solución parece más indicada para garajes grandes, en garajes donde vaya a haber muchos puntos de recarga, o en aquellos que no están en el mismo edificio que la vivienda de los usuarios.

¿Es muy complicada la instalación?
En los garajes de los edificios existentes, donde no se haya previsto una preinstalación para puntos de recarga de vehículos eléctricos, la instalación de un punto de recarga en una plaza de garaje puede ser más o menos complicada, dependiendo de diversos factores del edificio.
Lo que hay que tener presente es que todos los costes de la instalación los debe pagar el usuario de ese punto de recarga, y que no puede causar daños a las instalaciones o elementos comunes del edificio, y en caso de que algo se dañe debido a la instalación, tiene que hacerse cargo. Esto por otra parte es de total lógica y sentido común.
En principio la instalación es algo relativamente simple: solo hay que hacer llegar un cable hasta la plaza de garaje. En una instalación monofásica hablamos realmente de tres cables: fase, neutro y toma de tierra. En todos los supuestos que hemos expuesto antes, la mayor dificultad suele presentarse para hacer llegar ese cable desde el contador hasta la plaza de garaje, pues el recorrido puede ser un tanto laberíntico.
Dependiendo de dónde esté la plaza de garaje puede haber más o menos distancia que recorrer, y más o menos barreras arquitectónicas que superar: paredes, forjados, escaleras, etc. Si la vivienda no es muy vieja puede haber conducciones eléctricas empotradas, generosamente dimensionadas, por las que pueden pasar los cables. También se pueden aprovechar los falso techos y patinillos.
Cuando estas conducciones para instalaciones no permitan pasar más cables, o cuando ni siquiera existan, entonces no queda otro remedio que realizar nuevas conducciones, y muy probablemente deban ser vistas, por su menor coste y rapidez de ejecución. Dentro del propio garaje que las conducciones sean vistas no suele ser un problema pues estas ya se realizan así. El problema está en otras zonas. Hay que intentar llevarlo oculto siempre, por una cuestión estética.
Según el caso, puede ser necesario realizar algún agujero en algún elemento constructivo para pasar la conducción con el cable. Obviamente pilares y vigas, elementos estructurales, no deben verse afectados (atornillar algo a un pilar, sí, agujerear una viga para pasar un cable o tubería, no).
En general no deberían ser necesarias obras de albañilería. Con las conducciones vistas se emplean normalmente conducciones de plástico no propagador de la llama, de material conforme al reglamento. De nuevo el electricista que realice la instalación ya está al tanto de toda la normativa y sabe hacer su trabajo.
Una vez que el cable ha llegado a la plaza de garaje, allí se coloca un cuadro de mando y protección, con interruptor diferencial y con interruptor automático magnetotérmico, además de otros elementos si se consideran necesarios, y la base mural de recarga.

Hay que elegir una base mural de recarga acorde con el vehículo
El wallbox (o base mural de recarga) puede ser de diferentes maneras: por ejemplo con manguera con cable y conector específico para el vehículo eléctrico que vamos a recargar (con varios metros de longitud de cable para llegar sin problemas), o bien con tomas de recarga sin más, una o varias, con diferentes conectores (o sea, varios "enchufes"), donde enchufar el cable de recarga del vehículo.
Hay que tener presente que no todos los vehículos eléctricos tienen el mismo tipo de conector de carga. Las motos y cuadriciclos eléctricos suelen utilizar el conector schuko (el doméstico), mientras que los coches eléctricos, furgonetas eléctricas e híbridos enchufables suelen utilizar el conector Tipo 1 (también conocido por Yazaki), por ejemplo Nissan, Mitsubishi o Chevrolet y Opel, o bien utilizar el conector Tipo 2 (también conocido por Mennekes, por ejemplo Renault, Volkswagen, BMW, Mercedes-Benz o Tesla (no es exactamente un Tipo 2, pero es compatible).
En Europa el estándar para el conector de recarga de coches eléctricos es el conector Tipo 2 (también conocido por Mennekes)
El estándar para Europa es el conector Tipo 2 (Mennekes), y poco a poco los coches eléctricos de diferentes marcas y orígenes se están renovando para utilizar este conector de carga. En el peor de los casos se puede tener un cable con dos conectores: en un extremo el conector adecuado a la toma de recarga del coche, y en el otro extremo el conector de Europa.
La seguridad de la instalación de un punto de recarga está más que garantizada, y es obligatoria por reglamento. Justo en la derivación se coloca un primer sistema de protección de la línea que en caso de que hubiera cualquier problema corta la electricidad y punto. Y después la base mural tiene su propia protección eléctrica.
Son tres las protecciones que debe tener un punto de recarga de vehículo eléctrico: línea de toma de tierra, interruptor magneto-térmico contra sobrecargas e interruptor diferencial contra contactos indirectos.
Normalmente las bases de recarga están pensadas para ser utilizadas en el exterior y ser resistentes a las salpicaduras de agua, aunque también hay bases de recarga exclusivamente para interior. Hay que tener presente que los propios vehículos eléctricos, los cables de carga y los conectores están pensados para ser utilizados en el exterior, expuestos a la intemperie, sin que haya problemas incluso aunque esté lloviendo.
Las tomas tendrán tapa, por seguridad, de hecho el reglamento impone que tanto la base mural de recarga como el cuadro eléctrico asociado, cuando están en el interior, dispongan de un grado de protección mínimo IP4X contra la entrada de cuerpos sólidos (polvo), aunque no exige grado de protección contra la entrada de agua (pero si está en el exterior sí lo exige).
Para los puntos de recarga en el interior, el reglamento no exige que tengan protección contra la entrada de agua, pero no deja de ser recomendable
No olvidemos que el que haya un punto de recarga en una plaza de garaje no supone mayor problema de seguridad, pues en el garaje ya hay instalación eléctrica. Y para los más asustadizos hay que recordar que el riesgo de incendio de un coche eléctrico es menor que en un coche convencional de motor de combustión (la gasolina, aunque no pensemos todos los días en ello, es mucho más peligrosa hablando de riesgo de fuego).
Para que ningún otro "robe" electricidad del punto de recarga, es decir que nadie que no sea el usuario pueda enchufar un vehículo o lo que sea al punto de recarga de la plaza de garaje, se han pensado diferentes sistemas de bloqueo, ya sea mediante una llave o mediante una tarjeta identificativa RFID.
Quien esté pensando en un sistema de recarga inalámbrica mediante un sistema de inducción, algo que ya se puede comprar en algunos países, debe tener presente que si bien no necesitará enchufar el coche con un cable, sí necesita igualmente una instalación eléctrica hasta la plaza de garaje.

Un consejo para terminar
Un último consejo: instalar un punto de recarga de vehículos eléctricos es por el momento una tarea bastante específica, y aunque cualquier instalador electricista podría hacerlo, la experiencia y la especialización vienen bien.
En España hay varias empresas especializadas en la instalación de puntos de recarga, como por ejemplo Lugenergy, Ibil, ChargingBox, ConduceTuCiudad, Enchufing... poco a poco cada vez hay más. También hay algunas compañías eléctricas con servicio de asesoramiento para ello. Es cuestión de investigar un poco en Google y buscar en su región. Algunas marcas de coches suelen también asesorar o facilitar la instalación. No queda otra que buscar y comparar servicio y precio.
Si al comprar un coche enchufable le conceden la ayuda del Estado (hasta 5.500 euros si es un coche 100% eléctrico), el vendedor tiene que pagarle hasta 1.210 euros para un punto de recarga
Recuerde que tanto el antiguo plan MOVEA, como el nuevo plan MOVALT de ayudas a la compra de vehículos de energías alternativas, y entre ellos coches eléctricos, recogen que cuando se compra un coche eléctrico con ayudas del Estado (5.500 euros por ejemplo cuando hablamos de un coche 100 % eléctrico), el vendedor tiene que costear hasta 1.000 euros + IVA (o sea 1.210 euros) del coste de instalación de un punto de recarga específico, o bien realizar un descuento equivalente.
Tal y como ha sucedido otros años, debido a un presupuesto muy reducido, ahora mismo los fondos del plan MOVALT se han agotado ya, pero para 2018 debería volver a haber algún plan de ayudas igual o similar.

El punto de recarga en el garaje lo puede comprar, o también puede optar por una modalidad de servicio de pago mensual con un gestor de carga.

Vía: Xataka

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