jueves, 13 de septiembre de 2018

Separar lo que Dios ha unido. Nueva vida a un loft en Barcelona.

Su nombre lo dice todo. Un-Lofting Almogavers da un giro al concepto del open plan que desde hace años caracteriza muchas casas. Y es que, cómo cuentan los autores del proyecto, los interioristas Egue (Daniel Pérez) y Seta (Felipe Araujo) "cuando pensábamos que el open plan lo era todo y nunca construiríamos paredes, viene una pareja sensata y nos pide separar lo que Dios ha unido". Entremos a ver este ex-loft en Barcelona.
La intervención supone la reconfiguración de un piso en Barcelona, convertido no hace mucho tiempo en loft, en un apartamento a priori ‘más convencional’. El espacio completamente abierto fue una de las tendencias inmobiliarias más populares de los últimos año. Sin embargo, este proyecto le da la vuelta: sin renunciar a la permeabilidad visual combina la zonificación por usos con la versatilidad y un fuerte carácter diáfano.
Industrial y compartimentado
Con el objetivo de volver a dotar al piso de una zona privada diferenciada de otra más extrovertida, el proyecto deshace todo el proceso que anteriormente había convertido la vivienda en un loft. En él, Egue y Seta cuestionan esta tipología a través de un estilo donde la estética industrial no está reñido con la compartimentación espacial. Honestidad material y acabados naturales conviven con un colorido telón de fondo textil y vegetal.
Con 83 metros cuadrados, la casa se organiza en dos zonas diferenciadas, perpendiculares a fachada. La del gran espacio diáfano de las zonas comunes y otra más compartimentada, que alberga la zona de noche. Los tres balcones abiertos a la calle y el patio de la fachada opuesta favorecen la ventilación cruzada.
Un vestíbulo inundado de vegetación da la bienvenida al visitante. Cristaleras a media altura, con carpintería negra de estética industrial, le permiten vislumbrar la cocina-comedor-salón, que además alberga una zona de estudio.
En la cocina, un manto de gres porcelánico imitación hidraúlico, de Vives, rompe la continuidad del pavimento de lamas de vinilo efecto madera de Glerflor que reviste el resto del espacio. En los paramentos verticales se ha combinado la pintura blanca con los azulejos tipo metro antiguo.
De madera de roble, el mueble de TV y el escritorio han sido fabricados a medida para el proyecto. Sobre ellos emerge la vegetación, que se convierte en uno de los protagonistas del espacio.

Un guiño al antiguo loft

Tras el escritorio, y con acceso a través de una puerta corredera, se sitúa el dormitorio principal. Con una distribución abierta en referencia al antiguo loft, el vestidor separa la cama del cuarto de baño. Las lámparas de pared del cabecero de la cama son las nº8 de Marset. Un parterre vegetal con un ventanal de cuarterones comunica visualmente esta estancia con el espacio diáfano de las zonas comunes.

El cuarto de baño principal reviste paramentos verticales y horizontales con microcemento imitación hormigón. Con el lavabo de Silestone hecho a medida y abierto al vestidor, la ducha y el inodoro ocupan dos espacios cerrados e independientes.
En la zona interior de la planta, el dormitorio secundario y su baño se han distribuido de forma ‘más convencional’. El lavabo es de bathco y como en el resto de los espacios, los mecanismos de Simon.

Para más información visiten: Egue y Seta
Vía: diarioDESIGN









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