lunes, 23 de julio de 2018

Sillones relax

¿Quién no ha soñado alguna vez con esa siesta eterna de sobremesa en un buen sillón relax con el ruido de la tele de fondo? Es ese momento en que la comida reposa, la energía baja al estómago y los ojos se nos empiezan a cerrar cuando se echa de menos una buena butaca en el que reclinarse, estirar las piernas y sumirse en los brazos de Morfeo.
No obstante, aunque los sillones relax son el pequeño sueño no confesado de la mayoría de los mortales, lo cierto es que por sus características tienden a ser voluminosos y menos decorativos de lo que nos gustaría a los interioristas. No obstante, mucho se ha avanzado desde aquellos primeros sillones-mamotreto llenos de redondeces y brazos inmensos, de modo que hoy podemos encontrarlos de todo tipo, incluso de diseños que pueden encajar en la mayoría de los hogares.
Los sillones relax, para que sean considerados como tal, tienen que tener algún tipo de sistema que permita reclinar el cuerpo hacia atrás y levantar las piernas hacia delante para un mejor descanso. No obstante, dentro de esta gama los hay de muy diversos tipos, así que vamos a detallar los principales tipos para que cada uno elija el suyo:

Sillones relax reclinables, de apertura manual

Son los más comunes y, en general, los más económicos. Cuentan con un respaldo que se reclina hacia atrás y un faldón que se despliega hacia delante para apoyar las piernas, normalmente mediante un simple y pequeño empujón con el propio cuerpo apoyándonos en los brazos.

Con este gesto, el sillón se reclina para permitir que la espalda se recueste en él (normalmente en varias posiciones de inclinación) y a la vez el faldón se levanta para apoyar en él las piernas a una altura cómoda, hasta sentirnos en algunas posiciones como en una chaiselongue.
Cuando nos despertemos y queramos volver al “modo butaca”, basta hacer el movimiento contrario: apoyados en los brazos, empujamos con el cuerpo hacia delante y las piernas hacia abajo y el sillón vuelve a su ser.

Sillones relax reclinables, de apertura motorizada

Son más cómodos que los anteriores porque no necesitan de esfuerzo mecánico (nuestro cuerpo) para reclinarse. Basta con apretar un botón (normalmente ubicado en el lateral) y el sillón irá reclinándose hacia atrás como por arte de magia, dejando que nuestro cuerpo se adapte lentamente al nuevo formato.

De igual forma, para volverlo a su ser basta con pulsar el mismo botón sin ningún esfuerzo adicional.

Sillones relax con funciones extra

a) Función levanta personas

Dentro de los sillones motorizados los hay que inlcuyen la opción de reclinarse hacia arriba y hacia adelante de forma suave y delicada, lo cual es muy útil sobre todo para gente mayor a la que le cuesta levantarse de cualquier butaca. De esta forma, el sillón relax se mueve hacia adelante adoptando una posición casi vertical que permite levantarse de forma muy cómoda.

b) Función masaje

Algunos tipos de sillones relax motorizados incorporan una función de masaje que hace que el sillón vibre, provocando un masaje en todo el cuerpo que va desde el cuello a la espalda, desde los riñones a las piernas. Normalmente vienen con mando para potenciar la suavidad o firmeza del masaje.

c) Función calor lumbar

Menos habitual, algunas de estas butacas incorporan la función de calor lumbar similar a la de algunos coches de alta gama. Como la zona lumbar es especialmente delicada y propensa al dolor, esta función emite calor para suavizar el dolor crónico en esa zona del cuerpo o simplemente para sentir una sensación de calor en invierno.

d) Reposacabezas de altura regulable
Sean motorizados o no, algunos sillones tienen el reposacabezas separado del respaldo en lugar de formando parte de éste. Esto permite que se pueda regular la altura, de forma similar a lo que ocurre en muchos asientos de coche. Así, permite acomodarse a cualquier persona, ya sea alta o baja o a la forma particular que cada uno tiene de descansar.

Sillones relax fijos

Si le cuesta adaptarse al diseño de uno de estos sillones y su apariencia voluminosa, siempre puede recurrir a un sillón relax fijo, mucho más versátil a nivel de diseño.
Se trata en la mayoría de los casos de un sillón de respaldo flexible o basculante (pero no reclinable en distintas posiciones) o en su defecto ligeramente inclinado hacia atrás, que va acompañado con un reposapiés fijo a juego que ayuda a levantar las piernas cuando se desee.

Esta opción obviamente no tiene las ventajas de un sillón relax propiamente dicho, ya que la posición es fija y siempre la misma, por lo que no es tan fácil usarlo luego como butaca de conversación (ya que siempre estaremos echados hacia atrás) y necesitaremos recolocar en algún lado el reposapiés cuando no lo utilicemos.

A cambio, a nivel de diseño no tienen nada que ver con los sillones relax convencionales, y podremos usar el reposapiés como banqueta o asiento adicional en caso de tener invitados o simplemente como mesita de apoyo.

Una variante de esta opción son sillones que poseen un mecanismo en la base que permite regular o la altura o cierta inclinación. No son tan versátiles como un relax convencional pero al menos permiten cierta flexibilidad.

¿Cuánto cuesta un sillón relax?

Los sillones relax en general no suelen ser baratos, porque incluyen más piezas y más “tecnología” que una butaca normal.

No obstante, en el mercado tiene todo tipo de opciones. Si quiere encontrar un sillón relax a buen precio las mayores gangas las tendrá en internet, con descuentos importantes (desde 200€ puedes tener uno), ya que se reducen todos los costes asociados a un local.
Si en cambio prefiere probarlo antes tendrá que ir a una tienda física y pagar más por ello. Y si busca algo de diseño, ya sea por internet o en tienda física, le saldrá como mínimo por al menos el doble o triple de precio que uno convencional, pero su espacio quedará infinitamente mejor.

¿Y qué debo tener en cuenta a nivel de diseño?

Lo primero que tendrá que tener en cuenta es el espacio que tiene en casa. Si pretende poner el sillón en la zona de salón (junto a la mesa de centro) hay que considerar que cuando lo abra se quedará casi tumbado, por lo que tiene que dejarlo a distancia suficiente como para que no choque con la mesa u otro tipo de muebles que tenga cerca.

Por otro lado, el tipo de características que le pida a un sillón relax ya determinará su diseño, pero a pesar de todo podrá decantarse por uno u otro según varias cuestiones:

a) Brazos

Puede elegirlo con brazos de una sola pieza (formando parte de la estructura) o con pieza separada (los primeros son más estéticos y los segundos más cómodos). Dentro de los primeros, puede elegirlos más o menos rectos o redondeados.

También los hay que dejan “aire” entre el brazo y el resto de la estructura, aunque suelen ser más duros que los anteriores.

b) Respaldo

Puede elegirlo igualmente de una sola pieza o partido en dos, a modo de riñonera. Ambos pueden ser cómodos, pero los segundos normalmente recogen mejor la zona lumbar, aunque estéticamente queden peor.

c) Reposacabezas

Hay sillones relax sin reposacabezas específico (la estructura es toda una y ya está pensada para ello), otros vienen con el reposacabezas enmarcado (como si el respaldo constara de dos piezas, pero sin poder modificar su altura) y otros que lo llevan separado para poder regularlo.

También los hay que llevan una especie de almohadilla adicional de quita y pon, así como otros de tipo sillón orejero, para poder descansar la cabeza no sólo hacia atrás sino también hacia los lados.

d) La base

La mayoría de sillones relax suelen venir prácticamente a suelo, con pequeñas patas semiocultas o casi imperceptibles.

Sin embargo, existen opciones más ligeras cuya base levanta el sillón hacia arriba. Normalmente se apoyan sobre una estructura normalmente en forma de cruz, pero también los tiene de base circular (menos estéticos que los primeros, pues parecen más de oficina).
En cuanto al material, puede elegir la base de metal o madera, provocando distintos efectos en la decoración (el primero es mejor para estilos más contemporáneos o minimalistas, el segundo va perfecto para estilos más rústicos, escandinavos o vintage).

e) Tapizado y color

Por último, pero no menos importante, podrá elegir también la tela y el color. En tapizados puede elegir entre una gran variedad de telas (cójala mejor antimanchas) o bien piel o polipiel, que suelen ser más fríos en invierno y calurosos en verano.

En colores, dado lo voluminoso de la pieza, recomendamos elegirlos en tonos neutros, a menos que se trate de piezas de diseño que permiten resaltarlo donde vayan colocados.

Vía: Decofilia











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