La piel del local, en este caso, se presta como un lienzo perfecto para añadir las distintas pinceladas de color que inyectan los muebles de metal perforado y terciopelo, materiales tendencia que estamos viendo mucho últimamente, tanto para muebles como para revestimientos.
Tonos salmón, amarillos, rojos, azules y verdes, colores primarios en su mayoría, nos guían por los distintos espacios abiertos del restaurante, excepto para la pieza central del local, que cuenta con otro tipo de suelo, también vasto, y otro color de cemento más claro para las paredes, siendo esta la más íntima y acogedora de todas.
Al estar aislada en parte del resto del restaurante, ser estrecha y lucir una paleta de colores cálidos gracias al amarillo, la madera y el rojo de la estructura de la mesa, así como a los tragaluces del techo que inunda la sala de luz, esta sala se convierte en la más acogedora de un espacio que aúna rotundidad y sutilidad a partes iguales.
Para más información visiten: Lucas y Hernández-Gil, Casaplata
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