Una puerta de garaje es un acceso más a la vivienda, como la puerta de entrada. Y lo mismo que ponemos especial cuidado en elegir esta puerta, debemos hacer lo propio con la del garaje, teniendo en cuenta su estética y solidez, así como la seguridad y el aislamiento térmico y acústico que proporciona.
Existe en el mercado una gran variedad de tipos y modelos de puertas de garaje automáticas que se diferencian por su diseño, acabado, materiales...
Para obtener un resultado satisfactorio hay que elegir la que mejor combine con el estilo de la construcción en la que se va a instalar. Incluso hay que tener en cuenta la zona donde se vive (urbana, residencial, rural, etc.) y las expectativas que se tengan en cuanto a uso, seguridad, etc.
El tipo de material con el que esté construida la puerta es un asunto importante que está íntimamente ligado a la estética de la vivienda, a la climatología y a la situación de la zona donde se encuentra (interior, playa, montaña, etc.) Atendiendo a esas variables, puede ser de metal, de madera, de plástico, etc. En cualquier caso, hay que elegir una puerta robusta, que pueda durar muchos años.
Basculantes: Ideales para uso residencial, comunitario, comercial o industrial. Cuando se abren, quedan pegadas al techo mediante unas guías. Ahorran mucho espacio. Las hay de una y de dos hojas. En este último caso, la hoja superior suele ser un tercio del total y está unida a la inferior por medio de bisagras, por donde se pliega al cerrase. Este tipo reduce el espacio interior y exterior necesario durante la apertura. Son muy silenciosas tanto con funcionamiento manual como automático.
Seccionales: Están formadas por paneles horizontales unidos entre sí, con poleas en los laterales que se deslizan por unas guías. Abiertas, quedan horizontales y pegadas al techo. Son muy indicadas para techos con inclinación. Permiten aprovechar al máximo el espacio y se adaptan a todo tipo de aperturas y dimensiones sin ocupar espacio en el interior. Es un modelo muy silencioso que, además, ofrece un gran nivel de aislamiento térmico. Existe la posibilidad de apertura lateral, a izquierda o derecha, deslizándose sobre la pared del garaje de la misma manera a como lo hacen sobre el techo.
Batientes: Este tipo de puertas, de una o de dos hojas, es uno de los más utilizados. Se abren en ángulo de noventa grados tanto hacia el interior como hacia el exterior, según el espacio del que se disponga.
Correderas: Son puertas que se desplazan lateralmente por un riel, por lo que necesitan disponer de mucho espacio lateral. Se instalan, principalmente, en urbanizaciones y casas de campo y también en instalaciones industriales.
Enrollables: Son las típicas de tipo persiana utilizadas en muchos locales comerciales. Se enrollan hacia el techo y ahorran mucho espacio, por lo que son perfectas si el espacio con el que se cuenta es reducido. Suelen ser metálicas y ofrecen bastante protección contra los robos.
Tipos de puertas de garaje automáticas según los materiales
En cuanto a los materiales con los que se puede hacer una puerta de garaje, existen muchos, actualmente. Los más utilizados, sin embargo, son los siguientes:
La madera. Las puertas fabricadas con este material eran las que más se instalaban hace algún tiempo, pero su uso está decayendo. El excesivo peso, un mantenimiento constante y su alto precio han sido los factores perjudiciales que han relegado su utilización. Sin embargo, son las más estéticas y elegantes y, por eso mismo, las más apreciadas por los amantes de la decoración.
El acero: las puertas de este material son más pesadas que las de madera, pero más duraderas y de menor precio. No son tan elegantes como las de madera, pero ciertas opciones de terminación, como pintura y texturas, las mejoran mucho hasta resultar altamente atractivas.
El aluminio. El uso de este material es menos frecuente. Las puertas de aluminio son más ligeras que las dos anteriores y más resistentes a la corrosión, pero resultan difíciles de decorar.
El PVC. Las puertas de vinilo son baratas, ligeras y resistentes, pero tienen el inconveniente de que pueden deformarse por el calor.
Antes de instalar la puerta
Para evitar accidentes, es necesario instalar un sensor que pare su movimiento en caso de que detecten algún obstáculo.
Poner una pequeña puerta para acceso peatonal en la misma puerta –si el diseño lo permite– o a su lado, es una buena medida de seguridad en caso de que fallen los automatismos de la puerta del garaje.
Todos los tipos de puertas de garaje requieren de un mantenimiento básico. Hay que lubricar los rieles y mecanismos de apertura con aceites o lubricantes con base de silicona, preferentemente. No usar grasa. Según el material de la puerta, se adoptarán unos cuidados especiales y una forma de limpieza propia, para que resista sin daños las inclemencias del tiempo. Comprobar periódicamente el estado y la estabilidad de la puerta.
La elección de una determinada puerta de garaje automática no debe dejarse tan a la ligera, ya que de ello depende también la seguridad en el hogar. Como hemos visto, las hay más robustas y duraderas, lo que siempre es favorable.
Existe en el mercado una gran variedad de tipos y modelos de puertas de garaje automáticas que se diferencian por su diseño, acabado, materiales...
Para obtener un resultado satisfactorio hay que elegir la que mejor combine con el estilo de la construcción en la que se va a instalar. Incluso hay que tener en cuenta la zona donde se vive (urbana, residencial, rural, etc.) y las expectativas que se tengan en cuanto a uso, seguridad, etc.
El tipo de material con el que esté construida la puerta es un asunto importante que está íntimamente ligado a la estética de la vivienda, a la climatología y a la situación de la zona donde se encuentra (interior, playa, montaña, etc.) Atendiendo a esas variables, puede ser de metal, de madera, de plástico, etc. En cualquier caso, hay que elegir una puerta robusta, que pueda durar muchos años.
Tipos de puertas de garaje automáticas según su apertura
Las características físicas del lugar donde vaya a ser instalada la puerta, como dimensiones del garaje, proximidad de muros, etc., condicionarán la elección del tipo de apertura de la puerta, que puede ser manual o automática. No es necesario decir que las puertas de garaje automáticas son la mejor opción por comodidad, seguridad y un funcionamiento más suave y constante que alargará su vida útil. En este último caso, será necesario dotarla de los motores y automatismos necesarios según su tipología.
En cuanto a su sistema de apertura, las más comunes son: las basculantes, las seccionales, las batientes, las correderas y las enrollables.
Las características físicas del lugar donde vaya a ser instalada la puerta, como dimensiones del garaje, proximidad de muros, etc., condicionarán la elección del tipo de apertura de la puerta, que puede ser manual o automática. No es necesario decir que las puertas de garaje automáticas son la mejor opción por comodidad, seguridad y un funcionamiento más suave y constante que alargará su vida útil. En este último caso, será necesario dotarla de los motores y automatismos necesarios según su tipología.
En cuanto a su sistema de apertura, las más comunes son: las basculantes, las seccionales, las batientes, las correderas y las enrollables.
Basculantes: Ideales para uso residencial, comunitario, comercial o industrial. Cuando se abren, quedan pegadas al techo mediante unas guías. Ahorran mucho espacio. Las hay de una y de dos hojas. En este último caso, la hoja superior suele ser un tercio del total y está unida a la inferior por medio de bisagras, por donde se pliega al cerrase. Este tipo reduce el espacio interior y exterior necesario durante la apertura. Son muy silenciosas tanto con funcionamiento manual como automático.
Seccionales: Están formadas por paneles horizontales unidos entre sí, con poleas en los laterales que se deslizan por unas guías. Abiertas, quedan horizontales y pegadas al techo. Son muy indicadas para techos con inclinación. Permiten aprovechar al máximo el espacio y se adaptan a todo tipo de aperturas y dimensiones sin ocupar espacio en el interior. Es un modelo muy silencioso que, además, ofrece un gran nivel de aislamiento térmico. Existe la posibilidad de apertura lateral, a izquierda o derecha, deslizándose sobre la pared del garaje de la misma manera a como lo hacen sobre el techo.
Batientes: Este tipo de puertas, de una o de dos hojas, es uno de los más utilizados. Se abren en ángulo de noventa grados tanto hacia el interior como hacia el exterior, según el espacio del que se disponga.
Correderas: Son puertas que se desplazan lateralmente por un riel, por lo que necesitan disponer de mucho espacio lateral. Se instalan, principalmente, en urbanizaciones y casas de campo y también en instalaciones industriales.
Enrollables: Son las típicas de tipo persiana utilizadas en muchos locales comerciales. Se enrollan hacia el techo y ahorran mucho espacio, por lo que son perfectas si el espacio con el que se cuenta es reducido. Suelen ser metálicas y ofrecen bastante protección contra los robos.
Tipos de puertas de garaje automáticas según los materiales
En cuanto a los materiales con los que se puede hacer una puerta de garaje, existen muchos, actualmente. Los más utilizados, sin embargo, son los siguientes:
La madera. Las puertas fabricadas con este material eran las que más se instalaban hace algún tiempo, pero su uso está decayendo. El excesivo peso, un mantenimiento constante y su alto precio han sido los factores perjudiciales que han relegado su utilización. Sin embargo, son las más estéticas y elegantes y, por eso mismo, las más apreciadas por los amantes de la decoración.
El acero: las puertas de este material son más pesadas que las de madera, pero más duraderas y de menor precio. No son tan elegantes como las de madera, pero ciertas opciones de terminación, como pintura y texturas, las mejoran mucho hasta resultar altamente atractivas.
El aluminio. El uso de este material es menos frecuente. Las puertas de aluminio son más ligeras que las dos anteriores y más resistentes a la corrosión, pero resultan difíciles de decorar.
El PVC. Las puertas de vinilo son baratas, ligeras y resistentes, pero tienen el inconveniente de que pueden deformarse por el calor.
Antes de instalar la puerta
Algunos consejos a tener en cuenta cuando se instalen puertas automáticas:
Para evitar accidentes, es necesario instalar un sensor que pare su movimiento en caso de que detecten algún obstáculo.
Poner una pequeña puerta para acceso peatonal en la misma puerta –si el diseño lo permite– o a su lado, es una buena medida de seguridad en caso de que fallen los automatismos de la puerta del garaje.
Todos los tipos de puertas de garaje requieren de un mantenimiento básico. Hay que lubricar los rieles y mecanismos de apertura con aceites o lubricantes con base de silicona, preferentemente. No usar grasa. Según el material de la puerta, se adoptarán unos cuidados especiales y una forma de limpieza propia, para que resista sin daños las inclemencias del tiempo. Comprobar periódicamente el estado y la estabilidad de la puerta.
La elección de una determinada puerta de garaje automática no debe dejarse tan a la ligera, ya que de ello depende también la seguridad en el hogar. Como hemos visto, las hay más robustas y duraderas, lo que siempre es favorable.
Vía: Hogar Mapfre
En Cotmesa encontraras los mejores suministros e instalación de puertas automáticas para el control de entrada de garajes, empresas y centros comerciales. Ponemos a su disposición todo el servicio, incluido la post-venta y el recambio de piezas en todas las barreras.
ResponderEliminar