Lo primero fue encargar un proyecto de renovación que devolver al apartamento todo su esplendor y, más aún, reformarlo para aprovechar todo su potencial. La vivienda, de 750 metros cuadrados, se encuentra frente al parque del río Hudson, en una zona entre el Village y el Soho.
La propiedad contrató a StudioLab Desing, un estudio especializado en el interiorismo de viviendas de lujo Manhattan y los Hamptons, que se hizo cargo de la renovación. La reforma pasó por eliminar habitaciones pequeñas e innecesarias para una pareja con dos hijos y que, además, se oponían al paso de la luz natural.
Sin embargo,la propiedad también quiso conservar algunos de los elementos originales del apartamento, como el suelo de madera de roble blanco, un parquet en espiga que hoy día es difícil de encontrar.
Los proyectistas apostaron por la planta abierta en las zonas comunes, permitiendo inundarla luz y convertirla en el espacio que la familia comparte.
Los proyectistas apostaron por la planta abierta en las zonas comunes, permitiendo inundarla luz y convertirla en el espacio que la familia comparte.
Para las paredes y techos se eligió un blanco impecable que unifica y combina bien con el resto de la paleta de colores utilizada.
La cocina se convirtió en un oasis azul oscuro y acero inoxidable. Se situó en un extremo de la gran sala común. A continuación se abre el comedor y, finalmente, el gran salón que, a su vez, tiene acceso abierto en el distribuidor y el vestíbulo.
El gran salón recae sobre la fachada principal con unas fantásticas vistas sobre el río Hudson. Las habitaciones se mantienen una paleta de colores neutros con toques de azul.
El gran salón recae sobre la fachada principal con unas fantásticas vistas sobre el río Hudson. Las habitaciones se mantienen una paleta de colores neutros con toques de azul.
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