Los áticos, sin duda, nos hacen soñar. Vivir un poco más cerca del cielo ha sido siempre el anhelo de muchos, y hoy es cada vez más fácil. La rehabilitación de estos espacios se vuelve asequible con sencillez de formas y honestidad de materiales. Así lo demuestran en el estudio de arquitectura lisboeta AF, quienes rehabilitaron este pequeño ático de tan sólo 30m² y lo convirtieron en un tesoro sobre la ciudad. Desde aquí, la luz se vive de otra forma.
Por encima de todo, su casa
El proyecto interviene en la última planta de un edificio de los años sesenta en el distrito de Bélem. La intervención trata de simplificar el interior, adecuándolo a los nuevos parámetros de habitabilidad, respondiendo a principios de diafanidad y flexibilidad. Se plantea una vivienda con un espacio único, organizado en dos zonas, correspondientes al programa social y privado. Con muy pocos gestos se consigue crear un catálogo de situaciones que satisface las necesidades domésticas y permiten una mayor participación del espacio exterior dentro de la vivienda. Al fin y al cabo, la terraza es siempre la mayor virtud de un ático.
Abierto y flexible
Bajo las premisas de funcionalidad y adaptabilidad, el proyecto organiza el interior como una única estancia, abierta a la terraza por medio de una fachada completa de ventanales. Dentro comparten escenario el espacio principal y la cocina, con un diseño que permite su cierre y apertura, incluyendo diferentes actividades en una misma estancia sin renunciar a la posibilidad de independizar zonas. El pavimento de madera cubre toda la zona de día, aportando un ambiente doméstico en una estancia sencilla y transparente, que de otra forma resultaría fría. El blanco de la envolvente refleja la abundante luz del exterior, y enmarca sin esfuerzo las vistas. Los paños de vidrio se cubren con estores de gran formato, que suavizan la entrada de luz y bañan el interior de claridad ambiental.
Pureza y sencillez
Un amplio tabique de hojas plegables independiza la cocina del espacio principal. La pieza muestra una cuidada atención por el detalle, con discretos carriles enrasados con el suelo, y juntas de plegado casi invisibles. Al abrir el tabique se descubre la cocina, de mobiliario blanco combinado con revestimientos de piedra pulida tipo alabastro, en un gesto unitario que engloba pavimento, encimera y frente de cocina. El resultado es una composición de materiales naturales de alta calidad, líneas sencillas y cortes puros.
Un espacio, dos escenas
La parte posterior de la sala, encendida por la luz que cruza la estancia desde una apertura lateral, separa el espacio principal de la parte más privada de la casa por medio de un set de armarios. Con este sencillo gesto se dibuja una barrera entre ambas zonas, abierta en la parte superior para permitir que la estancia respire y se perciba el interior como un único espacio, recibiendo luz en todo momento, y cambiando así la tonalidad de cada plano en el transcurso del día.
Estancia al atardecer
El dormitorio principal se eleva sobre una plataforma de madera. El cambio de altura y la transición de una estancia a otra a través de un tramo de peldaños señala la singularidad de los espacios, sin renunciar a la unidad global. También el dormitorio se abre hacia la terraza, haciendo que la estancia se vuelque hacia fuera y disfrute de la luz de la tarde, que reverbera en las paredes y funde el espacio en una atmósfera cálida y confortable. La sencilla materialidad del interior consigue capturar la esencia del dormitorio soñado, lugar de descanso y contemplación.
Elegancia suave
El baño, blanco y cristalino, es una última demostración de pureza de material y forma. Con un pavimento de piedra avainillada y planos de luz indirecta, la estancia se envuelve en un ambinete dulce, de tonos suaves y elementos sencillos. Las superficies de alicatado blanco, y los planos de vidrio y espejo reflejan la claridad y despejan el interior.
La luz a través de la casa
La casa es como una lente en lo alto del edificio, que filtra la luz de una orientación a otra, y respira a través del interior. La transparencia de los espacios y la honestidad del diseño facilita la lectura del interior y vuelca la vivienda hacia fuera, haciendo del entorno una parte importante de la inetervención. Tratándose de un ático, uno no puede ignorar la posición privilegiada sobre la ciudad.
Para más información visiten: AF Arquitectos
Vía: habitissimo
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