Nuevos, tiempos, nuevos aires, nuevos dueños, nuevas necesidades. Esto es lo que ocurre con este magnífico apartamento en la vía Archimede de Milán. El equipo de Fosbury Architecture decide reconfigurar el interior de la casa, situada en un edificio de los años 60, para adaptarse a una joven pareja, con un modo de vida más flexible y práctico. El proyecto es la prueba de que todo es posible con pocos gestos… y una habilidad italiana para el diseño.
Práctico y contemporáneo
La intervención cuestiona la distribución interior de la típica vivienda familiar de barrio residencial milanés. El proyecto pasa por la eliminación de tabiquería y elementos que dificultaban la circulación más fluida y la comunicación visual entre estancias. Así, se consigue abrir el espacio de entrada, ahora comunicado con la estancia principal, disminuir el tramo de pasillo hacia los dormitorios, y añadir un segundo cuarto de baño. Todo bajo la máxima de la mayor luminosidad y mayor funcionalidad de los espacios. El proyecto se completa con el diseño de una serie de tabiques-mueble que acentúan la doble función de los elementos y aportan el espacio necesario de almacenamiento sin interferir en la holgura de las estancias. Una jugada maestra.
Luz y amplitud
La decisión de convertir el mobiliario en el principal elemento articulador de los espacios permite una cómoda distribución, fácil ejecución, y sobre todo, un espacio extra de almacenamiento a lo largo de todo el interior. La entrada se presenta ahora como un espacio con total permeabilidad hacia la estancia principal, favoreciendo la entrada de la luz y la concepción global del interior.
Una solución de un gesto
Sin duda el gesto más notable de la intervención es éste. El diseño de un mueble separador que define el contorno del espacio principal, marca el ritmo de la intervención con un patrón modular de fuerte presencia en la estancia. Este mueble se convierte en la espina dorsal de la intervención, trazando una línea perpendicular a la fachada y definiendo un límite poroso hacia la zona más íntima de la casa. Se trata de un diseño realizado con tableros de madera MDF con un acabado lacado en dos colores que parte de un módulo fijo de aproximadamente 35x35 cm para ir adaptándose a las necesidades del espacio.
Modular, funcional
El diseño dibuja una trama de cuadrícula en el alzado interior de la estancia, jugando con las dimensiones y abriendo huecos para alojar armarios y nichos de mayor tamaño. La pieza se entiende como un elemento vivo que cambia a lo largo del tiempo con el carácter de los dueños, a medida que se van colmatando y vaciando los huecos.
Pequeños espacios, grandes ideas
Otro de los logros del proyecto es la concepción de espacios adyacentes, directamente relacionados con el mobiliario, como es un pequeño fondo en un extremo de la estancia, que aloja un recogido despacho. El espacio cuenta con las dimensiones mínimas necesarias para trabajar en un ambiente íntimo, sin distracciones. Se trata de un frente de armario sobrio y ordenado, que esconde una pequeña mesa plegable de estudio. Todo el interior de la vivienda se completa con un suelo de parquet de madera de roble natural que aporta solidez y serenidad al interior.
Otro de los logros del proyecto es la concepción de espacios adyacentes, directamente relacionados con el mobiliario, como es un pequeño fondo en un extremo de la estancia, que aloja un recogido despacho. El espacio cuenta con las dimensiones mínimas necesarias para trabajar en un ambiente íntimo, sin distracciones. Se trata de un frente de armario sobrio y ordenado, que esconde una pequeña mesa plegable de estudio. Todo el interior de la vivienda se completa con un suelo de parquet de madera de roble natural que aporta solidez y serenidad al interior.
Para más información visiten: Fosbury Architecture
Vía: habitissimo
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