El restaurante ClassRoom, abre sus puertas en la Calle Entença 303, en Barcelona. Su nombre nos da pistas sobre su ubicación, en el núcleo de una residencia de estudiantes. El desarrollo del interiorismo, viene de la mano del estudio madrileño Byral, formado por Laura García-Soto y Oscar García Moneo, interioristas especializados en hostelería.
El equilibrio entre una envolvente con guiños tradicionales y un contenido mucho más industrial y cosmopolita con un punto de color, son las características básicas de un espacio con personalidad propia.
Dos grandes cúpulas articulan espacialmente el volumen diáfano del local. Una interior, en la que la luz natural llega a través del espacio, configurando una zona más íntima y resguardada, y otra, vinculada a su gran fachada, luminosa y expuesta, a modo de gran escaparate que invita a entrar.
Propuesta equilibrada convivencia de estos dos espacios, intensificando la iluminación y realzando los elementos decorativos que refuerzan la experiencia de confort.
En el interior, la iluminación de paramentos mediante baños indirectos, dotan de volumen al espacio y realzan detalles concretos de la decoración.
La disposición diáfana del espacio, no es inconveniente para la convivencia de los diferentes ritmos de funcionamiento (mesas altas, bancadas lineales, mesas comunales y barra) si no que se convierte en virtud. La visión y percepción del local es total desde cualquier punto.
El cambio de pavimento y la singularidad de las piezas que descuelgan de las cúpulas son los elementos que dirigen y segmentan estos diferentes ritmos:
El suelo se encuentra dividido en dos espacios, una zona en barra realizada con piezas de porcelánico hexagonal, imitación hormigón pulido, que crece hasta ser absorbido por la tarima de madera y se pierde hasta desaparecer trepando por las paredes.
Las estructuras suspendidas de las cúpulas, se resuelven con un concepto racionalista y básico, en contrapunto a la ornamentación de dichas cúpulas. Su función es arropar y recoger psicológicamente a los comensales.
Los revestimientos verticales están compuestos principalmente por madera, fratasados y ladrillo visto. Proporcionan un acabado desenfadado, contrarrestando el peso de unos paramentos horizontales muy trabajados.
Los materiales nobles, como los zócalos de listones de madera, se extienden hasta la barra, conformando unos falsos marcos, que le dan ese toque de color, junto a unos taburetes, que se degradan en la misma gama cromática.
Los bancos corridos, realizados en piel con capitoné y vivo, en color blanco roto, son el contrapunto sofisticado frente al resto de mobiliario, mucho más industrial, cosmopolita y desenfadado, que aúna diferentes tipologías y formas de asientos.
La presencia de la madera natural en diferentes tonos como material principal, en convivencia con elementos orgánicos como el sisal, materiales industriales, los guiños de color, la iluminación cálida y un mobiliario de diseño, combinando piezas con tapizados exclusivos y elementos más industriales, hacen del conjunto un espacio acogedor y singular.
Para más información visiten: Byral
Vía: Infurma
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