Este es un departamento ubicado en un edificio nuevo, el cual la planificación de su construcción se limitó la mayor parte del patrón interior, haciendo imposible un cambio rotundo. Para esto, se fijaron una meta: conceder un tema común que exhiba el estilo de vida único del cliente.
Al inicio del proyecto, trabajaron en la configuración del color interior. En este proceso quisieron encontrar un esquema de colores que coordinara las cosas de uso cotidiano, como el sofá, comedor y algunas necesidades diarias.
Posteriormente, resolvieron dos sistemas principales de color: gris y blanco. Se utilizó una jerarquía de gris en diferentes texturas y tonos para armonizar el espacio, y se utiliza el blanco para resaltar los grises.
Las líneas limpias son otro énfasis de este diseño, usadas para dirigir la visión. En cuanto a la configuración del espacio público, abrieron uno de los dormitorios para uso reservado como invernadero. También ampliaron los materiales del piso y usaron puertas de vidrio con líneas limpias para difuminar los límites, haciendo el espacio público más abierto y flexible.
En la zona de la isla, compararon diferentes materiales de suelo, el cual con materiales brillantes formó un contraste con el suelo de cemento rústico. La combinación de diferentes materiales permitió separar los espacios, pero con una visión abierta. El gabinete de la isla fue hecho de acero inoxidable, otra pantalla de color gris. Las dos paredes de cemento de madera en los lados hizo el gabinete de la isla un espacio estable.
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