El proyecto utiliza patrones, materiales y texturas locales para recrear una atmósfera fresca y de aire tropical, que alberga un original y muy colorido restaurante. Como un santuario tropical lleno de color, luz y colores, el interior se convierte en un invernadero, con parteluces en el techo que llenan el espacio central de luz natural y permiten la extracción del viento de forma pasiva.
De marcada estética industrial, que traslada a los visitantes a la que bien podría ser una bodega industrial o una fábrica, el espacio se ha decorado con mobiliario y otras piezas de diseño, entre las que se han estacionado vehículos. Destacan también los grandes tanques azules, que situados en un nivel intermedio recolectan el agua de lluvia utilizada para regar las flores tropicales.
Pensado desde un enfoque sostenible y teniendo en cuenta todos los requisitos técnicos exigidos, todo el espacio ha sido diseñado con un cuidado equilibrio entre los elementos construidos y los naturales. De colores vibrantes, la intervención combina a la perfección los colores pastel de la estructura y las instalaciones vistas con una muy cuidada vegetación, que incluye palmeras de cinco metros de altura y musgo colgante sobre las lámparas.
Hecho de piezas fabricadas a mano en tonos tierra y verdes, el suelo cerámico ordena la circulación en torno al núcleo de servicio de la cocina y los baños. Detalles colocados estratégicamente sorprenden al cliente en su recorrido, convirtiendo cada visita en un momento inolvidable.
Fundado en 2013 y con sede en Nueva York y Guatemala, Taller KEN centra su trabajo en proyectos de carácter social y cultural. De distintas escalas, sus intervenciones abarcan programas muy diversos, desde desarrollos de uso mixto, proyectos comerciales y residenciales, hasta diseño de exposiciones e instalaciones.
Para más información visiten: Taller Ken, Saúl Bistro
Vía: diarioDESIGN
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