¿Insectos? Puajj… ¿A quién se le ocurre integrarlos en la decoración?… Es lo que pensaría el 90% del común de los mortales. Y sin embargo, son tendencia desde hace dos años en decoración de interiores como uno de los símbolos del naturalismo, de conexión con la naturaleza.
Una de las máximas de todo buen decorador es que no importa lo feo o antiestético que resulte un elemento: el truco está en integrarlo, utilizarlo y aplicarlo correctamente a la decoración, de forma que se transforme en algo armónico.
Eso es lo que ocurre con los insectos. Y lo cierto es que hay quien encuentra belleza y una cierta estética en estos pequeños bichitos. De hecho coleccionarlos no es nuevo, lleva haciéndose durante siglos y seguro que más de uno se ha sentido fascinado de niño por alguna libélula atrapada en un frasco o por cómo una oruga se transformaba en mariposa…
A nivel decorativo, los insectos resultan perfectos (entre otros) para formar tramas repetidas. Por eso una de sus aplicaciones más claras es en papeles pintados para la decoración de salones y dormitorios, como la colección Insectarium de Guillermo García de la Hoz. También quedan perfectos disecados y enmarcados en la pared, especialmente en estilos vintage e industrial, o bien exponerlos simplemente en láminas decorativas.
Otra opción es imprimirlos en cojines o serigrafiarlos en los cristales de puertas o ventanas. También quedan muy bien cuando pasan por las manos de los diseñadores gráficos, convertiéndolos en simpáticos bichitos para vinilos de pared para habitaciones infantiles.
Opciones menos vistas pero igualmente curiosas las podemos encontrar en cortinas de ducha, posavasos, azulejos originales, maceteros o alfombras. Allá donde pueda quedar bien una trama, los insectos pueden ser una opción estupenda.
En cuanto a los más utilizados (especialmente por aquellos que tienen cierta aversión es este colectivo) obviamente la mariposa es la reina. Es probablemente el insecto “más suave” y armónico en decoración de interiores, quizás por su belleza natural en cuanto a forma y colores. No obstante, las libélulas y los escarabajos también están muy presentes en diversas aplicaciones. Menos comunes resultan en cambio moscas, cucarachas y arañas, quizás porque no nos gusta nada verlas por casa.
En fin, que gusten o no, lo cierto es que los insectos le dan un toque muy particular a la decoración de interiores.
Vía: Decofilia
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