viernes, 11 de febrero de 2011

Mortero Cola

El mortero cola es un aditivo cementoso para colocación en paredes o suelos tanto interiores como exteriores, de baldosas cerámicas. Se define según la norma europea UNE - EN 12004 como mezcla de conglomerantes hidráulicos, cargas minerales y aditivos orgánicos, que sólo tienen que mezclarse con agua o adición líquida justo antes de su uso.



El mortero cola está formado por una mezcla de cemento blanco o gris, cargas minerales de naturaleza silícea y/o caliza y aditivos orgánicos: retenedores de agua, polímeros redispersables en agua, modificadores reológicos, fibras, etc.

La norma europea UNE - EN 12004 se aplica a todos los adhesivos para baldosas cerámicas para colocación en paredes o suelos, tanto interiores como exteriores. Desde abril de 2004 es exigible el marcado CE en este tipo de productos. El marcado CE para adhesivos cementosos supone el cumplimiento de la directiva europea que afecta al mortero cola.

De acuerdo a esta normativa el mortero cola se clasifica según sus propiedades de adherencia y según sus propiedades adicionales:

. Por sus propiedades de adherencia se diferencian:

      C1: Adhesivo normal
      C2: Adhesivo mejorado

. Por sus propiedades adicionales se distinguen:

      F: Adhesivo de fraguado rápido
      T: Adhesivo con deslizamiento reducido
      E: Adhesivo con tiempo abierto extendido

La norma UNE - EN 12002 permite diferenciar además, el mortero cola en función de su deformación transversal en dos categorías:

      S1: (Deformable), deformabilidad igual o mayor de 2,5 mm e inferior a 5 mm.
      S2: (Muy deformable), deformabilidad igual o superior a 5 mm.

Los factores a tener en cuenta a la hora de seleccionar el mortero cola a utilizar son:

a. Tipo de soporte

      . hormigón
      . revocos, revestimientos y enlucidos con base de cemento de mortero.
      . fábrica de cerámica.
      . cerámicas preexistentes.
      . placas de cartón yeso.
      . yeso

En cualquier caso el soporte debe ser resistente, no degradable ni deformable. Debe estar limpio, sin polvo, aceite, pinturas, desencofrantes o cualquier resto de suciedad. Debe haber transcurrido el tiempo suficiente desde la ejecución del soporte de forma que no se produzcan movimientos sobre él. La elección del cemento cola se adaptará al grado de absorción del soporte. En los soportes especialmente sensibles a la humedad, por ejemplo, los derivados del yeso, deberá controlarse ésta con aparatos de medida adecuados.

b. Localización y uso del pavimento o revestimiento.

Tanto los materiales de recubrimiento como el adhesivo empleado deben ser los adecuados a los usos característicos:

      . interiores
      . exteriores
      . piscinas
      . fachadas
      . locales comerciales

c. Grado de absorción de la pieza cerámica a colocar.

La pieza determinará la necesidad de seleccionar adhesivos con menor o mayor adherencia de tipo químico. Absorciones bajas significan ausencia de poros y, por tanto, dificultan una adherencia mecánica. En estos casos se hace necesaria la fuerza ligante de los polímeros junto al cemento

d. Tiempo de puesta en servicio

Atendiendo al tiempo de servicio distinguimos:

      . Puesta normal
      . Puesta rápida

Las reformas y las rehabilitaciones, normalmente, requieren una puesta en servicio de la obra muy rápida. la rapidez del mortero cola para alcanzar sus valores óptimos de adherencia será en este caso un factor fundamental.

Existen dos fases fundamentales a la hora de aplicar el adhesivo:

. Amasado: El amasado del producto en polvo deberá realizarse preferentemente con mezcladora / amasadora mecánica poco revolucionada. Esta operación tendrá la duración adecuada para conseguir una mezcla cremosa, con total ausencia de grumos y burbujas de aire.

Debe proporcionarse estrictamente la cantidad de agua recomendada por el fabricante evitando excesos o defectos. Una vez finalizada esta operación se mantendrá la pasta en reposo el tiempo indicado por el fabricante. A continuación se realizará un breve reamasado antes de su aplicación. La cantidad de masa a preparar dependerá del tiempo abierto disponible del producto, de la rapidez de aplicación y de las condiciones ambientales. La masa restante debe desecharse una vez que haya iniciado su endurecimiento.

Se distinguen dos sistemas de colocación:

. capa fina
. capa gruesa

. Colocación en capa fina. Es una técnica evolucionada en los últimos 50 años adaptada a los actuales materiales cerámicos y a la diversidad de soportes. Cuando el soporte no tiene las condiciones de planeidad necesarias será preciso aplicar una capa de regularización. Este procedimiento es apto para cualquier tipo de baldosa y es compatible con la mayoría de los soportes.

Para esta técnica existen adhesivos adecuados a cada uso de fabricación industrial, que son de fácil empleo. En su aplicación se diferencian dos formas:

      . Simple encolado: el adhesivo se extiende únicamente sobre el soporte.
      . Doble encolado: el adhesivo se extiende sobre el soporte y la pieza cerámica.

Tras el encolado se pasa la parte dentada de la llana por toda la superficie de la plasta aplicada, es decir, se "peina".

El tipo de llana a utilizar (anchura, forma y profundidad de los dientes) responde al formato de la pieza cerámica y a la profundidad y tipo de relieve de su reverso, que determina el espesor de la capa del adhesivo y garantiza a la vez su uniformidad en toda la superficie de colocación.

El adhesivo se extiende sobre el soporte, en superficies reducidas (de 1 a 2 m2 como máximo). Así, se evita la pérdida de capacidad adherente por desecación de la superficie, traducida en la formación de una película superficial cuya facilidad o rapidez de formación dependerá de las condiciones ambientales y de la absorción del soporte. Nunca deberá aplicarse el adhesivo de modo que el tiempo de colocación del recubrimiento sea superior al tiempo abierto del material encolado.

En el caso de doble emcolado se procederá a extender también el mortero cola sobre el reverso de las piezas cerámicas justo antes de su colocación. A continuación las baldosas elegidas se colocarán sobre la masa extendida, presionándolas por medio de ligeros golpes con un mazo de goma y moviéndolas ligeramente hasta conseguir el aplastamiento total de los surcos del adhesivo, con lo que se logra un contacto adecuado entre la pieza cerámica y el mortero cola.

. Colocación en capa gruesa. Supone un modo de colocación tradicional no normalizado. Con esta técnica la pieza se coloca directamente sobre el soporte, evitando el enfoscado previo. El grosor del material aplicado admite corregir las irregularidades del soporte. Es fundamental evitar las dosificaciones en obra, por su falta de control y dispersión de propiedades. El mortero cola debe estar recomendado por el fabricante para este tipo de aplicación.

En pavimentos se aplica el producto sobre el soporte con una llana en dos capas: la primera sobre el soporte, extendiéndola con la parte lisa de la llana, y la segunda, sobre el revés de la baldosa a colocar.

Las piezas no deben colocarse a tope. En general, debe respetarse un ancho mínimo de junta de 2 mm. que podrá aumentar, en función de las medidas de las piezas, de la naturaleza del soporte, su ubicación, consideraciones estéticas, etc. Cualquiera que sea el método empleado deberá asegurarse que toda la superficie de la pieza quedará impregnada con el mortero cola.

La evalucación de la durabilidad del mortero cola está contemplada en la normativa EN 12004 2001. Los ciclos de envejecimiento acelerado a los que es sometido el mortero cola, para su comercialización, suponen una adherencia óptima de las piezas durante su vida útil. 

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