El objetivo del proyecto es renovar y dar un nuevo uso de bar de tapas y copas al espacio de planta primera del Hotel Maritim.
El hotel está situado en primera línea de mar, en el paseo marítimo de Roses, pueblo de tradición pesquera. El objetivo principal es darle un carácter mediterráneo y actual al nuevo espacio. El espacio existente era una pequeña terraza de 3m de ancho exterior y el resto un espacio interior cerrado, los dos espacios quedaban divididos por una línea de correderas.
La idea clave fue, eliminar esa división y tratar todo el nuevo espacio como si fuera un único espacio exterior cubierto. Para ello utilizaron unas cortinas de cristal, correderas y abatibles, tipo See Glass, que colocaron en el límite de la fachada, permitiendo así unir todo el espacio y conectándolo e integrándolo, sin ningún marco ni división, al exterior del paseo, la playa y el mar.
Eso les permite la posibilidad de tener un gran espacio exterior y cubierto, que durante los meses de verano y buen tiempo puede estar abierto, pero que cuando haya días de mal tiempo o viento se puede cerrar.
La distribución se plantea colocando la barra al fondo paralela a la línea de mar y la fachada del edificio. La cocina también se sitúa en la parte trasera, unida con el acceso, dejando así más espacio libre para el resto de mesas y la zona útil del bar.
Se proyectan diversas zonas para obtener espacios más recogidos, obteniendo diferentes atmósferas. La primera zona de barras, con varias barras al lado de la barra principal, y otra barra alta frente a la gran cristalera este con vistas a Roses, como la zona de bebidas. Por otro lado la zona del chillout, con dos grandes sofás en forma de U, mirando hacia el mar. Y por último el resto de mesas se distribuyen entre unas jardineras, que les ayudan a integrar los pilares, zonificando y dando más intimidad a los clientes en un espacio tan abierto.
La iluminación se diseña con un sistema de escenas, que permite controlar las intensidades y plantear diferentes tipos de ambientes para cada momento. Para la iluminación se combinan focos, leds lineales y lámparas colgadas en las barras, con unas lámparas móviles y giratorias, diseñadas para el proyecto, mediante unos tubos de cobre pintados, que permiten la movilidad de las mesas.
Los materiales que se utilizan pretenden dotar al espacio una personalidad propia, integrado en su lugar y las tradiciones de su pueblo. Varias paredes, jardineras y barras se forman mediante una madera despintada, evocando las maderas de los antiguos barcos pesqueros. El techo con sus instalaciones y jácenas se pintan de un color marrón oscuro, y se colocan unos paneles de mimbres, que combinando 3 tamaños diferentes, adquieren protagonismo y les transportan las sensaciones de los chiringuitos de verano.
Los colores escogidos para el mobiliario siguen esa línea de colores naturales, más la madera, el mimbre, las plantas y juncos de las jardineras y las redes que les dejaron unos pescadores para hacer el falso techo del chillout, dan a este espacio el equilibrio y carácter mediterráneo que necesitaba.
Para más información visiten: Dom Arquitectura
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