Les presentamos de nuevo una luminosa y acogedora vivienda creada por el estudio de arquitectura Lucas y Hernández-Gil. En este caso, se trata de un piso ubicado en el madrileño Barrio de las Letras, junto al Paseo del Prado. Sus propietarios son una pareja de amantes del arte contemporáneo, y la reforma del piso parte de esta situación para lograr un espacio a medio camino entre galería y vivienda. Una casa confortable pero esencial repleta de piezas de diseño contemporáneo.
El edificio en el que se encuentra fue diseñado por el arquitecto Luis Gutiérrez Soto en los años 50 del siglo pasado, y es uno de los primeros ejemplos de estructura de hormigón en edificios residenciales en Madrid.
Los autores acometieron una reforma integral, ya que la casa estaba muy compartimentada en diferentes estancias: la reforma debía crear un gran espacio diáfano para alojar la colección de arte contemporáneo de los dueños.
La estructura de hormigón del edificio ofrecía la flexibilidad necesaria para desarrollar esta nueva propuesta, por lo que se decidió dejarla vista. La dificultad del proyecto estaba en conseguir un espacio a medio camino entre vivienda y galería, sin perder la escala y el confort de lo doméstico.
Para poner en valor las diferentes pinturas y fotografías que componen su colección, se optó para los revestimientos por una paleta cromática neutra, dominada por el blanco en sus muros (expresado a través de diferentes materiales, como el mármol de los baños, el Corian de la cocina y la pintura en el resto de las estancias) y la madera (en el pavimento y en el mobiliario de los baños).
El resto del mobiliario de la casa se compone de pocas y escogidas piezas que se distinguen por su carácter escultórico. En el salón, se combinan elementos de diferente procedencia, como un banco realizado artesanalmente con madera de tamarindo, con piezas de reconocidos diseñadores: es el caso de las butacas Paulistano, de Paulo Mendes da Rocha, la mesa Elica de Zanotta y las sillas LCT de Charlotte Perriand (editadas por Cassina).
Unas puertas correderas decoradas con unos abstractos y geométricos bajorrelieves, realizados con una fresadora de control numérico, comunican o independizan completamente la cocina de la zona de estar.
En ella cobra protagonismo la composición realizada con diferentes lámparas colgantes Aim de Ronan y Erwan Bouroullec para Flos. La nota de color la aportan las tapicerías verde menta de los taburetes (modelo Kuskoa de Alki).
Por último, y para el dormitorio, los autores del proyecto han diseñado el cabecero y la mesita integrada en él (con fondo en azul klein). Se combina con otra pieza en vivo color rojo procedente de la Galería Marita Segovia.
Para más información visiten: Lucas y Hernández-Gil
Vía: diarioDESIGN
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