Si nuestra casa tiene unos años lo más normal es que dispongamos de ventanas de un sólo cristal o, en estancias como la cocina o el baño, ventanas de persiana. En su momento estos tipos de ventanas eran los más adecuados, pero actualmente pueden ocasionar ciertas molestias. Una de las principales es que no retienen el frío, por lo que en estancias como el dormitorio pueden ocasionar incomodidad y más de un catarro en invierno. Además, al no ser completamente herméticas el calor producido por nuestra calefacción o estufa no será tan efectivo y probablemente nos conduzca a un consumo y gasto mayor.
Cambio totalSi tras consultar con un profesional del sector no hay más remedio que cambiar las ventanas por completo, por ejemplo porque el marco es de hierro y no permite margen de maniobra o porque el espacio disponible no permite mas que reforma total.
En este caso lo más recomendable es optar por ventanas de doble cristal, ya que además de hermetizar la temperatura también reducen la contaminación acústica dentro de casa. Además este tipo de ventanas disponen de un funcionamiento muy sencillo tanto si se opta por un sistema de apertura tradicional como por uno de puertas correderas.
Restauración
También existe la posibilidad de restaurar nuestras ventanas, ya sea porque es posible y el precio sería más económico o porque nuestra fachada no permite modificaciones visuales. En este caso, como en la mayoría, debe buscarse a un buen profesional que domine el campo de la adaptación de ventanas.
Al igual que en el anterior punto, los más recomendable es optar por un cristal doble que beneficie tanto a la temperatura del hogar como a evitar que más ruido de lo necesario se cuele dentro. Además de conseguir mayor calidad de vida también obtendremos unos marcos restaurados que bien pueden influir positivamente en el diseño interior de nuestra vivienda.
Vía: Blog Plan Reforma
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