Descripción de los arquitectos. La clienta, es una reconocida galerista de arte, la cual pensó este lugar para tener ahí un espacio de intimidad el cual no tiene en la capital y además ser prestado a artistas, amigos y familiares.
El área cuenta con un entorno pintoresco con vistas panorámicas hacia el océano pacifico donde resalta la ex ballenera de Quintay, hoy convertida en un museo abierto al turista. Además se puede apreciar salidas y entradas de botes pescadores y grupos de buceos, debido a la existencia de barcos hundidos y la gran transparencia de sus aguas.
El acceso al terreno, es solo mediante un pasaje peatonal que conecta las calles superiores del pueblo con la caleta misma. En la mitad de este recorrido, entre casas de pescadores, se encuentra el lugar de la obra. Este pasaje cuenta con mucha circulación, especialmente en épocas estivales.
Esta es una condición fundamental a la hora de proyectar el nuevo volumen y su relación con el entorno inmediato, donde se busca proteger y darle intimidad al interior de esta vivienda con respecto a este borde tan transitado.
El espacio interior es una resultante en cuanto a su relación con los “4 bordes” que configuran el soporte donde se apoya este volumen;
Primer borde (sur), acceso al terreno desde el pasaje peatonal. Se decide generar una fachada cerrada y hermética, para lograr la intimidad del interior, pero con la mayor altura posible, para captar mediante una lucarna corrida la luz natural del invierno.
Segundo borde (oriente), acceso al interior. Se decide generar aperturas puntuales, para permitir el acceso de luz natural de la mañana, y mantener la intimidad con respecto a los vecinos.
Tercer borde (norte), risco verde. Se decide darle al interior la mayor altura posible hacia este borde, para que mediante un gran ventanal, se enmarque como un gran cuadro verde, el cual preside el estar principal.
Cuarto borde (poniente), océano pacifico. Se decide generar la mayor apertura visual y física (hacia la terraza), para generar una continuidad entre el interior y el exterior, y así potenciar las vistas panorámicas al océano y poner en valor la ex ballenera.
Para maximizar el interior, y mantener un solo espacio, se proyectó un altillo con capacidad para 2 personas, ubicado sobre la cocina, a la cual se accede mediante una escalera corredera.
El Loft se construyó de una manera muy económica y eficiente térmicamente, para lo cual se emplearon paneles Sip de 162mm para el suelo y 116mm como muros y cubierta. Para la fachada poniente se instalaron cristales Low-e, mejorado en un 35% su capacidad de aislación térmica. Adicionalmente contribuye a disminuir la carga que, por radiación solar, ingresa a través del DVH. Tanto los paneles del suelo, muro y cubierta, fueron revestidos con madera de pino cepillada y para el exterior pino impregnado, todo pintado con un producto en base a aceites y ceras naturales.
Para más información visiten: Joannon Arquitectos Asociados
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