La nueva coctelería Blue Wave se sitúa al borde del agua, en el puerto de Barcelona. Por ello, su interior recrea una ola a punto de romper y envuelve a los clientes en un ambiente marino lleno de matices y reflejos. Nos damos una vuelta a la vera del Mediterráneo.
Este proyecto fue uno de los ganadores de los premiso ASCER 2015.
“Pensamos en la imagen de una ola para el interior del edificio, una ola que antes de romper forma un tubo que envuelve generando un espacio acuático, dinámico, unitario pero con infinidad de reflejos y matices. Donde la materialidad y rotundidad de la pared vertical de agua se descompone para convertirse en otra cosa, espuma. Donde la puesta de sol se descompone en fragmentos dorados dispuestos sobre el agua”, explican Oliver Franz Schmidt, Natali Canas del Pozo y Lucas Echeveste Lacy.
La cerámica es el material estrella, utilizado en elementos de tamaño pequeño y reflectante para simular los reflejos del agua. Por ello, la gama de colores también transita desde el azul oscuro hasta el blanco. Además se incorpora de esta manera la celosía de hormigón de la fachada del edificio, como remate al espacio azulado, representando a la espuma de la ola. Una serie de elementos dorados recuerdan a los reflejos del sol.
Siguiendo esta idea, la terraza imita a una cala mediterránea, un espacio de transición entre una zona vegetal, boscosa y el mar. Su topografía escalonada, marcada por la madera del pavimento, es capaz de crear diferentes zonas, caracterizándose todas por invitar a relajarse, escuchar el mar y contemplar el horizonte. Una serie de mesas bajas de mármol de forma irregular aparecen como guijarros en la arena una vez la ola ha pasado.
Para más información visiten: Blue Wave, OneOcean Club, El Equipo Creativo
Vía: diarioDESIGN
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