Descripción de los arquitectos. La consultoría creativa española Masquespacio presenta su último proyecto Nozomi Sushi Bar. El proyecto realizado en Valencia consiste en el diseño de la imagen y el diseño de interiores del nuevo restaurante sushi de José Miguel Herrera y Nuria Morell, amantes de la cultura japonesa y especialistas del auténtico sushi tradicional.
El proyecto en el que empezó a trabajar Masquespacio en enero del 2014 parte desde el estudio previo de la cultura japonesa y la del sushi. Un trabajo en el que estuvo involucrado todo el equipo de la consultoría creativa española con el fin de poder entender y representar la cultura nipona en la imagen de marca y en especial en el interior del nuevo restaurante de José Miguel Herrera y Nuria Morell. El nombre Nozomi, escogido por los fundadores del proyecto es el de un ‘tren bala de alta velocidad japonés’ y a su vez significa ‘sueño cumplido’; Dos significados con los que José Miguel y Nuria se sentían identificados y que crean una dualidad presente de forma continua en el proyecto: ‘Clásico emocional’ y ‘Contemporáneo racional’.
El proyecto en el que empezó a trabajar Masquespacio en enero del 2014 parte desde el estudio previo de la cultura japonesa y la del sushi. Un trabajo en el que estuvo involucrado todo el equipo de la consultoría creativa española con el fin de poder entender y representar la cultura nipona en la imagen de marca y en especial en el interior del nuevo restaurante de José Miguel Herrera y Nuria Morell. El nombre Nozomi, escogido por los fundadores del proyecto es el de un ‘tren bala de alta velocidad japonés’ y a su vez significa ‘sueño cumplido’; Dos significados con los que José Miguel y Nuria se sentían identificados y que crean una dualidad presente de forma continua en el proyecto: ‘Clásico emocional’ y ‘Contemporáneo racional’.
Así partiendo por la imagen de marca podemos ver como esa dualidad se representa por una parte como ‘Contemporáneo racional’ mediante la tipografía occidental y ‘Clásico emocional’ a través del hiragana (escritura japonesa) del logotipo.
Llegando a hablar del interiorismo en este punto el diseño de interiores para este local de 233 m2 juega de una forma más significativa con la dualidad expresada. Por una parte contemporánea racional a través del estado puro del concreto y tonos grises sobre todo presentes en las partes más estructurales como paredes, techos y suelos, mientras que el clásico emocional hace su introducción gracias a la carpintería, sus acabados hechos a mano y la calidez de las maderas naturales utilizadas.
Así nada más llegar al restaurante se puede apreciar cómo se lucen esos dos aspectos; el concreto de la fachada y la entrada que claramente representa la carpintería clásica japonesa. Pasando por la puerta del restaurante se aprecia como un cubo central crea dos pasillos hacia la sala central que incorpora tanto elementos decorativos como baños y almacén, creando un flujo continuo y abierto muy típico de la arquitectura del país oriental. A nivel estética se puede ver como se ha reinterpretado una calle de un pueblo japonés representado a través de diferentes módulos que se traducen entre otros en un mercado, una farmacia, puertas y ventanas. Los tejados a su vez interpretan la parte más contemporánea y racional con una inclinación claramente nipona.
Ana Milena Hernández Palacios: “Hemos estado estudiando fotografías de las calles más auténticas japonesas con el fin de crear una reinterpretación de manera metafórica de las mismas. Con el tiempo para muchas personas se ha ido convirtiendo en una calle muy típica de Kioto, eso sucede sobre todo porque es donde se conservan las casas más tradicionales de Japón a día de hoy.”
La idea detrás de la primera parte del restaurante es hacerle vivir al cliente la experiencia de pasear por una calle japonesa, dejándose sorprender por su belleza y emocionándose con todos sus detalles constructivos, antes de llegar a la sala principal donde podrá disfrutar no sólo de la comida sushi autentica de primeras, sino vivir una experiencia única bajo un cerezo como si estuviera en un patio japonés. Desde su asiento aquí cada uno de los comensales levanta la vista hacia el espectáculo creado en la barra sushi que reinterpreta un puesto ambulante de sushi tradicional, conocido mundialmente por ser el primer puesto de comida rápida ambulante. Mientras tanto las flores del cerezo inspiradas en el origami florecen a su gusto.
Desde la zona privada por último se genera un espacio que permite separar ambientes para conseguir una mayor intimidad, sin aislar del todo el comensal del espectáculo proyectado más abajo y manteniendo el juego de sombras generado por la iluminación también inspirada en el Japón más minimalista, resaltando la carpintería irregular y única. Con este proyecto Masquespacio demuestra su habilidad de trabajar en proyectos de otras culturas, mostrando sus ganas de estudiar cada proyecto minuciosamente con el fin de crear una historia única para el cliente y sus consumidores.
Para más información visiten: Masquespacio
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