Lo describen como un espacio con personalidad propia. Cierto. Napozt mantiene la apariencia de una tasca antigua pero al mismo tiempo también es un local con un aire bohemio más propio de otros lugares que de la industrial Durango (Vizcaya). Y lo mejor es que ambos casan en los 120 metros cuadros que ocupa.
El equipo de Gespronor, especializados en la puesta en marcha de proyectos, y la decoradora Martina Casas han apostado por la fusión de ambientes y mobiliario para conseguir un resultado ecléctico y, sin embargo, sencillo y limpio.
El interiorismo está repleto de complementos pero no hay sensación de exceso. Sí que hay, sin embargo, algunos elementos estrella como las paredes de pizarras que recubren los gruesos pilares y que le aportan un punto muy informal a la cervecería a través de los dibujos de tiza.
La planta del local es abierta pero pese a ello han diferenciado dos ambientes: el pasillo de la barra y la zona de mesas enfrente. Para separar ambos han recurrido algunos efectos ópticos como utilizar diferentes suelos y aprovechar los pilares a modo de separadores.
La barra se asemeja más a una taberna vasca con un mobiliario de estilo más uniforme, el tono de la madera y algunos elementos industriales como los conductos a la vista. Destacan los taburetes altos, la pared de ladrillo de color natural y el toque cálido que aportan las plantas.
La zona del comedor, por su parte, es más bohemia. Las paredes también son de ladrillo pero han sido pintadas en blanco para darle un aspecto más cálido. El suelo de madera proporcionan un aspecto hogareño y los jarroncitos de flores encima de la mesa contribuyen al aire de bistró.
En esta zona han mezclado sillas de distintos modelos, materiales y colores. Los bancos de la pared se han forrado de piel y funcionan como sofás. Las lámparas cuelgan. Y no podía faltar un rótulo de la cervecería en letras grandes.
El equipo tampoco ha olvidado incluir un guiño a la industria del hierro, uno de los motores históricos de la zona. Destacan los pies de mesa en hierro fundido negro y el uso del mobiliario industrial en metal galvanizado.
Por último, la simpleza en el uso de colores contribuye a armonizar los dos espacios. La madera que cubre la barra es del mismo tono que la del suelo del comedor. Los detalles en negro casan con los pilares de pizarra. Y el blanco sirve como fondo neutro.
Para más información visiten: Gespronor
Vía: diarioDESIGN
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