Descripción de los arquitectos. Una farmacia ubicada en la planta baja de una vivienda existente en un entorno semiurbano, al pie de una carretera con intenso tráfico rodado y ligeramente retrasada respecto a esta. El acceso a ella se realiza fundamentalmente en coche.
Como punto de partida del proyecto, se busca un lugar que sugiera confianza, cercanía y calidez, y en general, atributos más cercanos al ámbito doméstico y rural que al comercial y urbano. Se intenta dejar a un lado referencias asociadas a lo clínico y hospitalario.
En el exterior, ordenando la entrada al local, se posiciona un podio de madera de Ipé que facilita la accesibilidad, segrega el ámbito peatonal del rodado, y delimita el estacionamiento de los vehículos. Puede convertirse además en lugar de espera, juego, o encuentro y reunión.
En cuanto al uso, la farmacia se organiza en función de los hábitos de compra contemporáneos, incidiendo en la importancia de la exposición directa del producto y la experiencia y autonomía del usuario. Un espacio por el que moverse observando, donde el mobiliario ordena los usos complementarios.
En el interior, como suelo, un pavimento continuo de linóleo en todas las áreas, de color grisáceo y aspecto pétreo y pesado. El resto, hacia arriba, más liviano y etéreo.
En los paramentos verticales un revestimiento de madera de pino acanalado, teñido de color blanco a modo de lienzo sobre el que se colocan los productos en exposición. Integrado en él, un sistema de baldas de tablero contrachapado de madera de arce ajustables en altura. Al fondo del local, el paramento revestido de mosaico de gres vitrificado en color menta, acentúa la posición del mostrador.
La fachada se reviste con tablas de madera de pino cuperizado atornilladas, pintadas de color gris. Los huecos abiertos en ella se disponen para, según el caso, dejar ver o ser visto.
Para más información visiten: GLF Arquitectos
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