

Si queremos evitar que el barniz vuelva a desprenderse en el futuro, lo mejor es escoger un producto de los llamados “de poro abierto”. Son barnices que no crean película en el exterior de la madera, y sin embargo la protegen. Podríamos decir que son invisibles, aunque en muchos casos están coloreados, lo que resulta perfecto para recuperar la madera decolorada por el efecto del sol y la lluvia. Los barnices de poro abierto se aplican con brocha plana, preferiblemente de buena calidad. Es recomendable colocar cinta de carrocero en cristales y paredes antes de barnizar, para evitar las manchas. Para una protección perfecta, lo mejor es aplicar por lo menos dos manos de barniz; si no queremos que la madera se oscurezca demasiado, la segunda mano la podemos dar con un barniz incoloro.
En el caso de que la madera esté acorchada, desnutrida o muy deteriorada, se puede arreglar con distintos productos. Existen consolidantes y endurecedores de madera muy eficaces que se aplican con jeringuilla, y que se pueden comprar en centros de bricolaje y droguerías especializadas en restauración. También hay masillas de tipo epoxi (dos componentes) que son las mejores para restaurar partes desgastadas o perdidas. Antes de empezar a modelar la parte que falta sobre la madera, es recomendable aplicar un poco de cola blanca para que se fije bien. Cuando esté seca, la masilla epoxi puede tallarse, lijarse y teñirse o barnizarse exactamente igual que si se tratara de madera.
Vía: Deco Estilo
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