Las calefacciones de leña están volviendo a nuestros hogares. Las razones hay que buscarlas en que el combustible es más barato y los nuevos sistemas más ecológicos y eficientes. ¿Pero sabe qué sistema de calefacción de leña se adapta mejor a sus necesidades…? Aquí tiene la ayuda que necesita para buscar el mejor para su casa.
Aunque la oferta actual pare muy amplia, hay básicamente tres sistemas de calefacción de leña en el mercado: las chimeneas abiertas, los insertables y las calderas de leña con o sin gasificación.
Las chimeneas de hogar abierto son el sistema de calefacción de leña más tradicional. Están hechas de ladrillo visto o mármol, precisan obra para adaptarlas al espacio disponible, y se les suele dotar de un interior refractario resistente al fuego que acumula y emite más calor. Las venden para encastrar o colocar en una esquina. Y aunque siguen teniendo su público fiel porque crean espacios cálidos y acogedores, la libre circulación de aire tiene muchas desventajas… Por un lado, la combustión es incompleta, y quedan muchos leños carbonizados sin quemar del todo porque no hay aporte de aire por debajo de los brasas. Además, la salida de humos aspira el aire caliente de la casa, que como todo el mundo sabe tiende a subir. Y, por último, un peligro: al quemarse, la leña produce chispazos que pueden lanzar astillas ardientes o brasas a los muebles y tapicerías cercanas a la chimenea abierta. Por todos estos motivos, las chimeneas abiertas han ido quedando relegadas a meros elementos decorativos para determinados momentos o días especiales, al tiempo que han ido perdiendo posiciones como sistema de calefacción para la casa por su escaso rendimiento (un 25%), es decir que sólo se aprovecha una cuarta parte del calor generado.
Recomendadas para: calentar superficies de 20-30 m2. Necesitan aporte constante de leña y vigilancia, por lo que se recomiendan sólo si hay gente en casa todo el día.
Precios: unos 500-575 €, sin interior refractario, en Leroy Merlin. De 900 a 1.400 € los mismos modelos con interior refractario.
Se trata de hogares cerrados que se encastran en el hueco de una chimenea existente, aprovechando el espacio del hogar y una parte de la salida de humos, o bien se instalan espacios (tabiques gruesos, por ejemplo) de nueva creación. Sus ventajas son muchas. Por un lado, la combustión es muy completa. Las razones son dos: los humos pasan al menos una vez por la llama y la entrada de aire por debajo de los leños hace que todos se quemen sin dejar apenas ni carbón ni ceniza… Por otro lado, disponen de un sistema forzado para que circule el aire. Así, el aire frío de la habitación para por una carcasa exterior y sale caliente. Este aire no entra en el hogar, por lo que no es tóxico. El aire caliente de la casa no se va por el tiro de la chimenea, ya que éste sólo se abre al encender el fuego… Y, por último, el peligro es nulo porque el vidrio del hogar impide que las chispas disparen brasas hacia el exterior de la chimenea. El rendimiento de estos equipos viene a ser de un 70%. Los inconvenientes de las chimeneas cerradas, especialmente de las que sólo tienen un casete u hogar instalado, son bien conocidos: calientan mucho la habitación en la que están, pero dejan frío el resto de la casa. Por eso es importante informarse sobre las posibilidades que ofrecen… A diferencia de los casetes, los insertables permiten instalar conductos de aire caliente, ya que vienen preparados para ello. Además, existen insertables que utilizan un intercambiador de calor con agua para utilizar los radiadores o el suelo radiante para calentar todas las estancias de la casa. En este caso la eficiencia calorífica llega al 80%
Recomendadas para: estancias de 25 a 100 m2 o casas completas si están adaptadas a esta función que estén habitadas todo el día: es necesario que haya presencia siempre en casa para ir alimentando el hogar.
Precios: los inserts para chimeneas preexistentes vienen a costar entre 600 y 700 €. Los hogares de fundición de diseño (muchos a modo de televisor panorámico) están entre los 800 y 1.500 €. A este precio habría que añadir, en su caso, el de la chimenea y/o obra.
Chimeneas metálicas: la alternativa
No precisan obra, por lo que se han convertido en una estupenda alternativa a la chimenea tradicional. Están hechas de fundición. El metal, además, permite mucha variedad de diseños, por lo que es posible adosar las chimeneas metálicas a la pared, pero también dejarlas exentas (hay modelos especiales para ello), de modo que se pueda ver el fuego desde diferentes puntos de la habitación. A menudo incorporan un insert en su interior para aprovechar las ventajas del hogar cerrado… Su eficiencia en este caso es del 70-80% del calor generado.
Recomendadas para: superficies de 70 a 90 m2 y casas habitadas todo el día.
Precios: desde 650 a 1.690 € los modelos de Leroy Merlin. Marcas como Focus disponen de modelos de diseño bien conocidos, aunque con precios también más elevados.
Las estufas de leña de acero son la alternativa a las chimeneas de fundición, pero mucho más ligeras. Se calientan enseguida, dan mucho calor y tienen una combustión muy limpia. No necesitan obra, sino sólo una conexión a la salida de humos. Muchas llevan doble fondo e interior de acero con material refractario. Por eso es importante verificar la calidad y el grosor del acero, ya que de ello dependerá un mejor rendimiento.
Las estufas de leña de fundición tienen básicamente las mismas características que las de acero, aunque mucho más encanto. Por su material resultan más duraderas, aunque menos ligeras que las de acero.
En ambos casos funcionan con leña de poda y briquetas, no con troncos de madera, a diferencia de las chimeneas.
Recomendadas para: estancias de 25 a 90 m2.
Calderas de gasificación de leña
Se trata de la moderna alternativa a la antigua caldera de leña, que ya resulta algo tosca y poco eficiente. Las calderas de gasificación de leña son el perfecto sustituto de las calderas de gasoil o eléctricas. Dispone de las ventajas de cualquier sistema de calefacción y agua corriente sanitaria, se utilice el combustible que se utilice… Es la gran aliada de las familias que pasan el día fuera, ya que necesitan una sola carga al día durante el invierno. En verano, para proporcionar agua caliente, sólo precisan llenar un tercio del depósito. Su rendimiento es de más del 90%, y son muy limpias, ya que apenas generan rescoldo. Las hay con encendido automático y también con termostato.
Recomendadas para: viviendas de nueva construcción con suficiente espacio para almacenar leña y disponer de un depósito de inercia. También para sustituir una caldera de gasoil preexistente (en muchos casos el cambio está subvencionado por ley).
Precios: unos 2.275 € sólo la caledera de leña de gasificación de 15 kw.
Vía: Deco Estilo
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