

Sin duda lo que más llama la atención de este granero reconvertido en vivienda son los techos de madera blanca, así como las grandes vigas que los recorren. Un toque muy interesante para no olvidar el origen de la casa y mantener de alguna forma su esencia.
Los suelos de cemento tienen sus defensores y sus detractores —como casi todo—, pero hay que reconocer que en este caso ha sido todo un acierto revestir todos los suelos con este material, ya que le aporta mucha limpieza al conjunto y potencia la sensación de amplitud.
Y precisamente esa amplitud ha sido lo que nos ha encantado de esta vivienda, acompañada sin duda de una increíble luz natural que lo baña todo, a través de los numerosos ventanales que pueblan las paredes.
Decorativamente también nos parece interesante el estilo en blanco y negro que se le ha dado en general a la vivienda. Entre la zona del salón y la del comedor nos encontramos una pared divisoria, pero sobre la que se ha instalado una cristalera.
La cocina es el único espacio en el que nos encontramos un toque llamativo de color, concretamente un amarillo mostaza que combina genial con el mobiliario negro que la compone.
Vía: Decoesfera

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