Un antiguo piso de 140 m2, construido en los años 60, ha sido el punto de partida de esta moderna vivienda proyectada por el estudio Castroferro Arquitectos, en la que se respira armonía y luminosidad. Situado en la ciudad gallega de Vigo, el piso contaba con la conocida distribución de estancias servidas desde un largo pasillo ciego.
Parte de las estancias dan a la fachada principal, desde donde sólo se tienen vistas de los edificios cercanos, mientras que otras dan al patio de manzana, donde se ven las traseras más cercanas de otras edificaciones. Otras de las características del espacio original respondían a los criterios del momento de desarrollismo en que se construyó y que quedaron, en gran medida, fijadas para épocas posteriores: altura libre de 2,50 metros, una ventana cuadrada con antepecho a 90 cm para cada estancia y un par de baños ciegos.
Los nuevos propietarios, no cómodos con la distribución de la vivienda, optaron por una reforma completa que encargaron al estudio Castroferro Arquitectos. Éstos, ante los pocos alicientes y vistas que ofrecían los exteriores, decidieron que la vida de la familia miraría hacia el interior de su hogar.
Los responsables del proyecto generaron un agradable y moderno espacio interior, en el que se sucedieran los acontecimientos de la vida diaria. En la nueva etapa de la vivienda, ya no serían los tabiques los que compartimentarían parte de estas actividades sino el propio mobiliario como ocurre en la zona de día.
Los arquitectos crearon un amplio ambiente que se desarrolla a lo largo de la zona de la fachada principal, relegando los dormitorios al patio de manzana y pudiendo, como la habitación infantil, integrarse durante el día en esa zona principal mediante la apertura de una gran puerta corredera.
Para enfatizar su condición de eje del nuevo hogar, además de por superficie, se dotó al salón comedor de una mayor textura recurriendo a paneles de madera-cemento como solución de toda la franja de almacenaje y división del piso. Cada uno de los tableros de esta material de construcción en seco ofrece, gracias a su composición de virutas de madera y cemento, texturas sutilmente distintas que, en este caso, han ayudado a potenciar la lectura del espacio central del piso.
Para más información visiten: Castroferro, Héctor Santos Díez
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