
Se trata de una novedosa lectura y reinterpretación de la cultura y la forma de vida italianas, una mezcla de “ingredientes arquitectónicos y decorativos” tan rica como la de su propia cocina. En definitiva, una variedad de elementos donde la totalidad gana en armonía respecto a cada una de las partes en un abanico de posibilidades.


Para ello, parten de la base que conquista al instante y permanece en el tiempo: su gastronomía. Se inspiraron en la “tavola italiana”, los productos típicos de la región (olio, vino, pasta, mozzarella….) Utilizan sus colores, su materia, su textura, su elaboración y los trasladan al espacio.

Así, el conjunto se entenderá como una suma de las partes. Sucesiones de episodios o experiencias, donde lo rectilíneo, blanco y puro abre paso a la mezcolanza e interacción de los colores y texturas de los productos italianos.

En esa diversidad, el espacio resultante será interactivo, dinámico, estará compartimentado en diferentes zonas y ambientes, huyendo en este caso de espacios únicos que generan comedores planos. Los lugares más íntimos quedarán recogidos con mamparas de vidrio traslúcido.
La versatilidad de espacios y ambientes se traduce en nuevas experiencias a cada visita. Pueden adecuar el momento y las necesidades y así disfrutar de un aperitivo casual entre amigos en la barra o una cena íntima y romántica en un entorno cálido y que refleje la calidad de los productos.

En la zona posterior a la barra, se hace un uso extensivo de redondos de acero formando entramados colgantes que conforman botelleros y mesa de apoyo. Y como no, un lugar privilegiado a la vista de todos para el anfitrión del lugar, el pizzaiolo, que con su actividad marcará el “ritmo musical” como si de una ópera italiana se tratase.


También, apliques y lámparas colgantes realizadas con varillas metálicas y con largos brazos han sido diseñadas en especialmente para este proyecto, dando solución a la gran altura del local, con más de 4 metros. La sucesión de las mismas orientando sus largos brazos con ángulos diferentes dan vida a un particular lenguaje entre ellas.

Natural, con productos a la vista
Relajado. Ambiente de mercado, donde la cadena de producción desde la carga/descarga del alimento a su preparación es visible.
De calidad. Se busca la autenticidad en el espacio con los acabados y materiales y como no de los productos. Utilizan camareros con delantal, como en las verdaderas trattorias familiares italianas, donde el mismo chef es camarero y atiende con el delantal que emplea en la cocina, generando así cercanía y complicidad al cliente.

Para más información visiten: Ilmiodesign
Imágenes: Fernando Alda
Vía: Plataforma Arquitectura
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