
El marcado carácter industrial, debido a sus altos techos, su estructura de hormigón y la luz brillante que entra por las lucarnas inundando de luz el suelo, y un ajustado presupuesto, han sido los puntos sobre los que apoyarse en una intervención que ha querido principalmente aprovechar al máximo esa luz natural.

La única premisa aportada por el cliente era la necesidad de tres baños públicos en el espacio. Para cumplir con esta demanda en un espacio tan diáfano, se ubicaron tres cajas de madera en el espacio principal, como si un niño hubiera estado jugando con sus bloques de madera.

El mobiliario es sencillo, recuperado y arreglado para garantizar la máxima utilidad de un espacio donde: reunir, crear, imaginar, compartir, recibir, invitar, aprender, observar, disfrutar, rodar, grabar… Como dicen desde Ailaic, “Todo cabe en este espacio de transformación“.

Imágenes: Albert Ruso & Jorge Arberas
Vía: diarioDESIGN
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