

En concreto, la zona de tienda presenta un mostrador de cemento que surge del pavimento. Este es el elemento principal del espacio, junto con las cestas giratorias que lo comunican con el obrador.
En el caso del local de Sabadell, en particular, el obrador se muestra desde la calle, y adquiere el mismo protagonismo que el punto de venta.

También en L’Obrador de Sabadell aparece una nueva pared de pino cortada con sierra, de aspecto enharinado, como los techos. Esta solución enfatiza la importancia de los espacios claros.
La tienda se conecta con la zona de degustación mediante una zona de paso y diferentes niveles y alturas de techos.

En el local L’Obrador de Sarrià, también obra del estudio de Tarruella e inaugurado un poco antes que el de Sabadell, destaca la solución visual aportada para seguir el proceso de elaboración en el taller: un doble espacio en la entrada conecta visualmente con el obrador situado en la planta primera a través de un gran ventanal. Las vistas se han acentuado con un juego de espejos suspendidos, a modo de tramoya de teatro, que potencian la gran altura.
Para más información visiten: Sandra Tarruella Interioristas, L’Obrador
Vía: diarioDESIGN
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