Desde el pasado 2 de abril, Barcelona cuenta con un nuevo proyecto gastronómico, un restaurante nikkei/peruano/japonés que bajo el nombre de Pakta ha abierto sus puertas como muestra de la inquietud de los hermanos Albert y Ferran Adrià y los hermanos Juan Carlos, Borja y Pedro Iglesias de incorporar nuevos e ilusionantes retos a su espíritu creativo.
Pakta es un local para 32 personas, una versión cotemporánea y urbanita de una taberna japonesa o de un espacio Nikkei. Nikkei es una palabra que hace referencia a los emigrantes japoneses y que en cocina se utiliza para catalogar la fusión de la cocina japonesa con la de los países de acogida de sus emigrantes. Si bien sirve para todo tipo de fusión es la cocina peruana la que deja mayor huella y la que se enriquece más con la influencia japonesa. De tantos años de intercambio gastronómico surge una nueva cocina de futuro esplendoroso y Albert quiere trasmitir su visión de este intercambio.
Para llevar la idea a realidad se han rodeado de dos jóvenes valores que ya habían trabajado en Tickets. Por el lado japonés, Kyoko Ii, que a pesar de su juventud , como buena japonesa, atesora una impecable técnica culinaria y por el lado peruano, Jorge Muñoz, peruano de nacimiento y catalán de adopción, que es un gran conocedor de la cocina de su país. Durante más de cinco meses han estado trabajando en más de un centenar de recetas y entre éstas 35 formarán parte de la primera oferta gastronómica de Pakta. Una innovadora propuesta que no dejará de evolucionar y crecer de manera constante.
El estudio que ha llevado a cabo el proyecto de interiorismo, El Equipo Creativo formado por Natali Canas del Pozo y Oliver Franz Schmidt para la concepción del interiorismo y con Óscar Domínguez y Sílvia Sánchez para la ejecución técnica del proyecto, ha sido el mismo que ha acompañado a los propietarios en anteriores aventuras exitosas como el Tickets o 41º.
En Pakta, una serie, de lo que parecen ser ‘telares peruanos’, recorren el techo de todo el restaurante a modo de biombos suspendidos. Los colores llevan al comensal a sugerirle inequívocamente el país andino y a sus tapices que existen en el imaginario colectivo. Si bien es cierto que el uso de biombos es muy habitual en los interiores orientales, aquí recuerdan estas mismas estructuras en estos mismo telares.
La entrada al restaurante es de clara influencia oriental, como si de un juego de paneles de madera se tratara. La madera en el suelo, mesas, encimeras y alguna que otra pared divisoria es el material predominante.
El proyecto de iluminación, resuelto por El Equipo Creativo junto con BMLD Lighting Design, ha sido franco, discreto y preciso, sin querer llamar la atención más de lo necesario, dejando la comida como única protagonista. La utilización del rojo en las sillas es también un guiño a la cultura japonesa y a ambas, en general, en sus respectivas banderas. Fusión entre claro-oscuro, simplicidad-color han sido las premisas para desarrollar este proyecto que ha conseguido desde el punto de vista lumínico, un equilibrio perfecto entre la luz y el ambiente.
Para más información visiten: El equipo creativo, BMLD
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