El estudio londinense de Andy Martin se ha encargado del interiorismo de un apartamento situado en los bajos de una “Mansión de Excepcional Interés”, categorizada como Grado I por el Gobierno británico, adaptándola a las necesidades de la familia ocupante.
El apartamento, abierto a uno de los magníficos jardines de los que surgen por todo Londres aportando verde a la capital inglesa, está diseñado de tal manera que el espacio encaja en la ajetreada vida laboral y familiar de sus cuatro habitantes, una pareja con dos niños pequeños.
Los espacios comunes están orientados hacia el sur y abiertos hacia el jardín para obtener el máximo de luz solar. El salón y comedor disponen de tres ventanales hacia un balcón que dividen visualmente ambos espacios. Las sillas DSW de los Eames en color pistacho y una trona Tripp Trapp en color rojo para el pequeño de la casa rompen la monocromía de madera en el comedor, mientras que en el salón se han escogido tonos blancos y pastel para ganar luminosidad.
La cocina, pequeña pero práctica, también mantiene la dicotomía de color entre pistacho y blanco, enfrentando la parte de trabajo con la parte de almacenaje. La cocina funciona como eje central de la casa, es un cubículo situado en el centro que comunica la parte pública con la privada.
El pasillo da acceso a la zona de las habitaciones, en la que la labor fundamental de AMA Studio ha sido aportar soluciones de almacenamiento y aprovechar al máximo los altos techos, de 4,5 metros.
En la habitación de los padres se han eliminado detalles de las paredes y puertas y se han restaurado las molduras del techo y el suelo de parquet. La protagonista principal, sin embargo, es una cama que recuerda, dando un tono minimalista, las clásicas camas con dosel.
La habitación de los pequeños es un minidúplex en el que la parte de abajo es la destinada a los juegos y la de arriba el dormitorio donde se sitúan la cama y la cuna.
El suelo verde vivo y las molduras del techo rompen la estética blanca del dormitorio, al que se accede por una divertida escalera con los colores del arco iris.
En la parte inferior, cada centímetro está aprovechado como espacio de almacenamiento para conseguir una habitación diáfana en la que moverse con total libertad.
El color pistacho caracteriza también el baño, adaptado a las necesidades de los cuatro usuarios.
Para más información visiten: Andy Martin Studio
Vía: diarioDESIGN
El apartamento, abierto a uno de los magníficos jardines de los que surgen por todo Londres aportando verde a la capital inglesa, está diseñado de tal manera que el espacio encaja en la ajetreada vida laboral y familiar de sus cuatro habitantes, una pareja con dos niños pequeños.
Los espacios comunes están orientados hacia el sur y abiertos hacia el jardín para obtener el máximo de luz solar. El salón y comedor disponen de tres ventanales hacia un balcón que dividen visualmente ambos espacios. Las sillas DSW de los Eames en color pistacho y una trona Tripp Trapp en color rojo para el pequeño de la casa rompen la monocromía de madera en el comedor, mientras que en el salón se han escogido tonos blancos y pastel para ganar luminosidad.
La cocina, pequeña pero práctica, también mantiene la dicotomía de color entre pistacho y blanco, enfrentando la parte de trabajo con la parte de almacenaje. La cocina funciona como eje central de la casa, es un cubículo situado en el centro que comunica la parte pública con la privada.
El pasillo da acceso a la zona de las habitaciones, en la que la labor fundamental de AMA Studio ha sido aportar soluciones de almacenamiento y aprovechar al máximo los altos techos, de 4,5 metros.
En la habitación de los padres se han eliminado detalles de las paredes y puertas y se han restaurado las molduras del techo y el suelo de parquet. La protagonista principal, sin embargo, es una cama que recuerda, dando un tono minimalista, las clásicas camas con dosel.
La habitación de los pequeños es un minidúplex en el que la parte de abajo es la destinada a los juegos y la de arriba el dormitorio donde se sitúan la cama y la cuna.
El suelo verde vivo y las molduras del techo rompen la estética blanca del dormitorio, al que se accede por una divertida escalera con los colores del arco iris.
En la parte inferior, cada centímetro está aprovechado como espacio de almacenamiento para conseguir una habitación diáfana en la que moverse con total libertad.
El color pistacho caracteriza también el baño, adaptado a las necesidades de los cuatro usuarios.
Para más información visiten: Andy Martin Studio
Vía: diarioDESIGN
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