El equipo de arquitectos de Valencia AreaArquitectura afronta esta reforma integral como un proyecto de arquitectura muy especial y en detalle. Se trata de sacar el máximo partido a un espacio, que ya es perfectamente habitable, pero que desea mejorarse y ampliarse en calidad espacial.
Grandes ventanales de cobre patinado, con formas abocinadas, blancos para las paredes y mobiliario y un parquet natural oscuro son los elementos de arquitectura escogidos para generar este espacio minimalista de diseño moderno. La adaptación de cada elemento a la propiedad ha enriquecido enormemente el proyecto.
Los baños se han realizado íntegramente en microcemento, realzando la continuidad del material y haciéndolo más funcional y práctico. Se han empleado dos tonalidades según si es suelo o muros. Se ha utilizado una lucarna en el techo que da luz natural al baño, justo sobre la ducha.
La cocina se integra en el comedor, pero a su vez mantiene cierta independencia. La relación y proporción de las piezas entre sí es fundamental para concebir un ambiente espacialmente correcto. Esta zona está completamente volcada a la ventana, captando toda la luz natural. Además se aprovecha este gran ventanal para colocar una mesa desayunador vinculada a la cocina office.
Éste acaba siendo un espacio muy funcional y estudiado según las condiciones naturales del entorno, de iluminación, orientación y vistas, además de sacar el máximo partido a un elemento arquitectónico como es esta ventana.
La ventana principal se diseña a una altura justa para convertirse en zona de lectura. El diálogo entre piezas opuestas como el cuadro y la ventana, o el sofá y la estantería nos deja una serenidad reconfortante en arquitectura.
La combinación de colores y juegos de luces naturalizan un espacio tan sobrio. El uso de este espacio, y la adaptación de cada diseño de manera totalmente personalizada enoblece y da calidez a este espacio interior.
El diseño personalizado de las ventanas es el rasgo más significativo de esta rehabilitación. Las ventanas se realizan en cobre patinado, esto es, que envejece de manera natural adquiriendo tonalidades verdes. Ese aspecto más industrial y a la vez fresco sirve además para generar grandes pasos de luz natural, aguantar el muro de carga y generar funciones como mesa desayunador o de sillón de lectura. La combinación con el blanco y con las maderas interior y exterior hace que el espacio se extienda más allá del límite de la ventana.
El pasillo y el vestidor se funden en uno. Se realizan aberturas en el mobiliario para generar una conexión espacial y ganar mayor luminosidad. Los huecos se convierten en realidad en hornacinas donde situar objetos decorativos, pero además son los propios tiradores del armario, y configuran su distribución interior. Por la noche dichas hornacinas se iluminan con leds y dan luz al pasillo de una forma muy divertida, irregular y variable.
El suelo de la terraza es de madera kumaru, una madera tropical. Los usuarios reutilizaron los maceteros de terracota que combinan a la perfección con el pavimento. El macetero corrido del fondo se integra con el revestimiento de madera natural, y las ventanas actúan de espejo además de generar sombras y ritmos sobre la pared lisa.
Las ventanas que recaen a la terraza no solo son funcionales, sino que además decoran y organizan el espacio y componen la fachada arquitectónica.
El envejecimiento del cobre hace además que las tonalidades varíen según el paso del tiempo y los materiales parezcan más vivos.
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