No podía ser de otra manera teniendo en cuenta que sus dueños trabajan para revistas de moda y diseñadores de renombre, y que el local se encuentra en la calle Vijzelgracht, la nueva zona hipster de la capital de Holanda. Mogeen Salon & Hair School necesitaba respirar un ambiente creativo y moderno y Dirk van Berkel, el diseñador del proyecto, lo ha conseguido con la siempre estudiada mezcla de elementos industriales y cálidos.
Esto último es importante pues Van Berkel quería evitar que el local se pareciese a “la consulta de un dentista”. Así que para ello ha otorgado protagonismo a materiales como el bronce, el cristal, la madera y el cuero, los cuales comparten espacio con grandes plantas y reproducciones artísticas en las paredes.
El mobiliario, obviamente, juega un papel importante. Predominan las formas lineales y una estética bastante industrial que se puede apreciar sobre todo en las cabinas de acero donde el estilista atiende al cliente.
En contraste, la zona de espera posee un ambiente más hogareño con un gran sofá de cuero semicircular, una mesa de comida y una despensa industrial reconvertida en estantería para libros y revistas. También se han creado pequeños rincones de descanso mediante viejos butacones de piel y elementos decorativos como una cachimba.
De la antigua tienda de chimeneas ya no queda ninguna huella. Las paredes han sido recubiertas con placas de yeso y se ha instalado un nuevo piso de cemento. También se han abierto ventanas en el techo para ganar luz natural.
Destacan las tuberías de cobre que recorren paredes y techo formando un singular dibujo que rompe la monotonía del fondo blanco. Si bien albergan el sistema de calefacción, creando un original toallero caliente en las paredes, los tubos de cobre también se han utilizado para suspender las lámparas fluorescentes, también de este material.
El espacio busca ser flexible. Para ello se ha recurrido a pantallas plegables y mesas movibles. Las cabinas distribuyen el local, separando la zona del lavado y peinado, y proporcionan zonas de trabajo y espacios de almacenamiento entre medias.
Por su parte, el juego que forman los espejos de la pared y los de las cabinas permite una visión casi panorámica de la peluquería desde prácticamente cualquier ángulo.
Por último, las plantas se han dispuesto en grandes maceteros colocados en la parte central del local y suspendidos en el techo.
Para más información visiten: Mogeen Salon & Hair School, Dirk van Berkel
Vía: diarioDESIGN
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