El acceso, limitado por el almacén, se hace a través de un espacio de menor altura. Al fondo se sitúan los probadores y un pequeño aseo para uso del personal.

La fachada, rasgada por huecos verticales, también es de madera de pino. En el interior, unas costillas de acero galvanizado forman una estantería en la cual las baldas y las barras pueden colocarse a diferentes alturas en función de lo que se quiera exponer. El escaparate forma parte de esta estantería.
Para más información visiten: Salgado e Liñares
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