

La entrada a la primera planta se conforma en un pasillo largo y estrecho que se amplía al final en un espacio circular. En este espacio encontramos cuatro salas que en realidad pueden convertirse en seis a través de paneles móviles. En continua referencia al cabello, en la recepción nos encontramos con una serie de líneas y siluetas iluminadas con leds, y en particular con un logo retroiluminado acompañado por una serie de dibujos inspirados en los primeros anuncios y gráficas de L’Oréal.
En cuanto al suelo, al tratarse de un espacio donde se trabaja con productos muy agresivos, hacía falta un material muy resistente y se eligió la cerámica. Se creó una baldosa inspirada en la forma de una gota de tinte, en tonos blancos y grises y en exclusiva, de la mano del reconocido ceramista Toni Cumella.
Y por último hay que prestar especial atención a la iluminación. En un centro de formación en el que el principal protagonista es el cabello, el color blanco es fundamental para no restarle protagonismo ni alterar sus colores. Diferenciamos entre la luz suave escondida entre los falsos techos y otro tipo de luces que se extienden por todo el espacio apoyadas en estructuras finas y sinuosas hechas con mimbre, de nuevo inspiradas en la forma de un cabello.
Para más información visiten: Miralle/Tagliabue EMBT
Vía: Decoesfera
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