Un color, íntegramente el azul, y una sede, la del IED (Istituto Europeo di Design) de Madrid. Desde el 7 de marzo, esta institución académica cuenta con el Bombay Sapphire Room, un nuevo espacio-bar destinado a ser punto de encuentro e intercambio de opiniones para estudiantes y profesionales del diseño y la comunicación. El proyecto es obra del arquitecto español Lucas Galán Lubascher. En 2008, Lucas Galán ganó un concurso de ideas en el que desbancó a nombres tan reconocidos como Estudio Nendo, la diseñadora francesa Matali Crasset y el alemán Konstantin Grcic.
Ubicado en el patio central del Palacio de Altamira (s. XVIII), sede del IED Madrid, el Bombay Sapphire Room es un singular espacio integrado por dos estancias, una cuadrangular y otra visiblemente alargada, a las que se accede desde el patio. La barra del bar se ubica en la sala cuadrada, constituyéndose como una zona metálica excavada en la piedra del antiguo recinto.
La luz y el vidrio son los dos materiales protagonistas de esta construcción. Todas las paredes del espacio están cubiertas de lamas de vidrio extraclaro, engarzadas para construir una segunda piel continua que forra las gruesas paredes del palacio que las contiene. Por su parte, las tiras de LED’s situadas en la parte trasera de las lamas proyectan un juego de luces en tonos azules y turquesas que otorgan al espacio un flujo luminoso en constante movimiento.
A través de estos materiales, Lucas Galán Lubascher intenta combinar la movilidad de la luz, de los reflejos, de la gente y del cambio de usos, con la quietud de las sombras y de la solidez del palacio. La piel de vidrio se transforma continuamente debido al movimiento del observador al pasear por el espacio y a la luz que lo modifica en función de la hora del día.
Su responsable, Lucas Galán Lubascher, describe el espacio como una construcción a partir de dos materiales que es “un traje a medida, de alta costura, refinado y preciso”. Un rincón de luz y vidrio dentro de un espacio de sombras y piedra, “un mundo mágico oculto dentro de una roca, como si de una geoda se tratara”.
Al realizar la propuesta para el Bombay Sapphire Room, el arquitecto asumió el reto de ser parte de la tradición de un edificio histórico, planteándose el desafío de crear un dialogo entre dos arquitecturas, entre el pasado que alberga el lugar y el presente con proyección de futuro que acogen las aulas del IED.
En su día a día, el Bombay Sapphire Room funcionará de 9 a 22 horas (de lunes a viernes) como un snack-bar y zona de descanso para los alumnos, profesores y colaboradores del IED Madrid, que con su puesta en marcha cuentan con un espacio para tomar algo e intercambiar ideas. Este escenario íntegramente azul acogerá también al público asistente a los diferentes eventos y actividades programados en el centro.
Con el Bombay Sapphire Room, Bombay Sapphire abre sus puertas al universo de la imaginación como plataforma generadora de ideas, mientras que el IED Madrid apuesta por convertirlo en un espacio de referencia del diseño y la arquitectura a nivel internacional, donde estudiantes o profesionales del IED puedan activar las ideas creativas y la innovación.
Para más información visiten: Lucas Galán Lubascher
Vía: diarioDESIGN
Ubicado en el patio central del Palacio de Altamira (s. XVIII), sede del IED Madrid, el Bombay Sapphire Room es un singular espacio integrado por dos estancias, una cuadrangular y otra visiblemente alargada, a las que se accede desde el patio. La barra del bar se ubica en la sala cuadrada, constituyéndose como una zona metálica excavada en la piedra del antiguo recinto.
La luz y el vidrio son los dos materiales protagonistas de esta construcción. Todas las paredes del espacio están cubiertas de lamas de vidrio extraclaro, engarzadas para construir una segunda piel continua que forra las gruesas paredes del palacio que las contiene. Por su parte, las tiras de LED’s situadas en la parte trasera de las lamas proyectan un juego de luces en tonos azules y turquesas que otorgan al espacio un flujo luminoso en constante movimiento.
A través de estos materiales, Lucas Galán Lubascher intenta combinar la movilidad de la luz, de los reflejos, de la gente y del cambio de usos, con la quietud de las sombras y de la solidez del palacio. La piel de vidrio se transforma continuamente debido al movimiento del observador al pasear por el espacio y a la luz que lo modifica en función de la hora del día.
Su responsable, Lucas Galán Lubascher, describe el espacio como una construcción a partir de dos materiales que es “un traje a medida, de alta costura, refinado y preciso”. Un rincón de luz y vidrio dentro de un espacio de sombras y piedra, “un mundo mágico oculto dentro de una roca, como si de una geoda se tratara”.
Al realizar la propuesta para el Bombay Sapphire Room, el arquitecto asumió el reto de ser parte de la tradición de un edificio histórico, planteándose el desafío de crear un dialogo entre dos arquitecturas, entre el pasado que alberga el lugar y el presente con proyección de futuro que acogen las aulas del IED.
En su día a día, el Bombay Sapphire Room funcionará de 9 a 22 horas (de lunes a viernes) como un snack-bar y zona de descanso para los alumnos, profesores y colaboradores del IED Madrid, que con su puesta en marcha cuentan con un espacio para tomar algo e intercambiar ideas. Este escenario íntegramente azul acogerá también al público asistente a los diferentes eventos y actividades programados en el centro.
Con el Bombay Sapphire Room, Bombay Sapphire abre sus puertas al universo de la imaginación como plataforma generadora de ideas, mientras que el IED Madrid apuesta por convertirlo en un espacio de referencia del diseño y la arquitectura a nivel internacional, donde estudiantes o profesionales del IED puedan activar las ideas creativas y la innovación.
Para más información visiten: Lucas Galán Lubascher
Vía: diarioDESIGN
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