Sid Lee Architecture y Sid Lee Amsterdam Atelier han diseñado la nueva sede central de Red Bull en la zona norte del puerto de Ámsterdam. En esta zona de la ciudad, conviven en la actualidad una importante cultura urbana y artística así como también es conocida porque se realizan deportes extremos.
El espacio en el que se ubican las oficinas es una antigua fábrica de construcción naval, situada junto a un viejo submarino ruso en desuso.
“La arquitectura sirve para satisfacer una filosofía. Para diseñar el espacio interior, nos hemos basado en la filosofía Red Bull. Para ello hemos dividido los espacios según su uso y su espíritu para de alguna forma sugerir la idea de los dos hemisferios de la mente humana, opuestos pero complementarios: la razón frente a la intuición. De ahí, la luz frente a la oscuridad, el arte frente a la industria”, dice Jean Pelland, arquitecto y socio de Sid Lee Architecture.
Esta dualidad se plasmó en el interior de la fábrica entre espacios privados y públicos, de negro a blanco y de blanco a negro. El objetivo del proyecto trataba de combinar la brutal simplicidad industrial del espacio con “la invitación a una proyección más mística por parte del cliente”, añade Pelland.
La arquitectura interior juega con esta dualidad y las oficinas en forma de cuevas cubiertas por placas metálicas, recuerdan desde acantilados a rampas de skate board. Las salas con formas triangulares se construyen como espacios semiabiertos de tal modo que desde abajo se intuyen como nichos y desde la segunda planta como zonas de paso, puentes o mezanines.
La configuración del techo divide las tres áreas de trabajo, entre las que se encuentran la zona de reuniones, de madera contrachapada, en la que también se incorpora una cabina de DJ y un estudio de grabación.
Una parte muy personal del proyecto son también los trabajos en diseño gáfico que “decoran” paredes, zonas de paso y murales. Imágenes de vírgenes y angelotes pintados con la técnica del puntillismo, paredes con grafitis de inspiración underground y juegos geométricos en techos y suelos convierten cada espacio en una ilusión óptica.
La señalización y los juegos dramáticos de luces también ha sido pensados para apoyar a la arquitectura de estas rompedoras oficina.
Para más información visiten: Sidlee Architecture
Vía: diarioDESIGN
El espacio en el que se ubican las oficinas es una antigua fábrica de construcción naval, situada junto a un viejo submarino ruso en desuso.
“La arquitectura sirve para satisfacer una filosofía. Para diseñar el espacio interior, nos hemos basado en la filosofía Red Bull. Para ello hemos dividido los espacios según su uso y su espíritu para de alguna forma sugerir la idea de los dos hemisferios de la mente humana, opuestos pero complementarios: la razón frente a la intuición. De ahí, la luz frente a la oscuridad, el arte frente a la industria”, dice Jean Pelland, arquitecto y socio de Sid Lee Architecture.
Esta dualidad se plasmó en el interior de la fábrica entre espacios privados y públicos, de negro a blanco y de blanco a negro. El objetivo del proyecto trataba de combinar la brutal simplicidad industrial del espacio con “la invitación a una proyección más mística por parte del cliente”, añade Pelland.
La arquitectura interior juega con esta dualidad y las oficinas en forma de cuevas cubiertas por placas metálicas, recuerdan desde acantilados a rampas de skate board. Las salas con formas triangulares se construyen como espacios semiabiertos de tal modo que desde abajo se intuyen como nichos y desde la segunda planta como zonas de paso, puentes o mezanines.
La configuración del techo divide las tres áreas de trabajo, entre las que se encuentran la zona de reuniones, de madera contrachapada, en la que también se incorpora una cabina de DJ y un estudio de grabación.
Una parte muy personal del proyecto son también los trabajos en diseño gáfico que “decoran” paredes, zonas de paso y murales. Imágenes de vírgenes y angelotes pintados con la técnica del puntillismo, paredes con grafitis de inspiración underground y juegos geométricos en techos y suelos convierten cada espacio en una ilusión óptica.
La señalización y los juegos dramáticos de luces también ha sido pensados para apoyar a la arquitectura de estas rompedoras oficina.
Para más información visiten: Sidlee Architecture
Vía: diarioDESIGN
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