Para realizar el portavelas de cera, va a necesitar varios globos normales (mejor que no sean de los de agua ni excesivamente finos), cera para velas y un cazo donde calentarla al baño María. Lo primero que hay que hacer es rellenar los globos con agua tibia hasta que hayamos alcanzado el volumen que queramos darle a los portavelas. Como luego hay que sumergirlos en el bote de la cera no les de más volumen que el diámetro del bote de la cera o derrita la cera en un recipiente con diámetro mayor.
Derrita la cera al baño María con cuidado de que no hierva. Para mantener su temperatura tendrá que apagar y encender el fuego varias veces. No pasa nada si el agua del recipiente de fuera hierve, eso no nos influye, pero sí que hay que estar atentos a que el nivel del agua esté por debajo del nivel de la cera. Puede añadir agua si esta se evapora muy rápidamente.
Sumerja el globo en la cera con cuidado de no alcanzar el nivel del agua, ya que puede provocar que este se rompa, lo que estropearía la cera. Sáquelo tras unos segundos, espere a que la cera se enfríe y repita un par de veces más la operación. Es conveniente que la capa de cera no sea demasiado fina pero tampoco que sea tan gruesa que no deje traspasar la luz. Deje que el globo se seque y se enfríe sobre un papel de periódico para que no le manche la mesa con la grasa de la cera.
Cuando el globo esté frío y duro, rómpalo con un cuchillo o una aguja y vierta el agua por el fregadero. Retire los restos de goma del interior del portavelas. Si quiere que le quede el fondo plano, ponga algo de papel sobre una superficie caliente y posen brevemente el portavelas hasta que se achate por el fondo. Ahora solo tendrá que meter en su interior una vela de té y ¡voilá! Ya tiene un nuevo adorno para estas Navidades.
Vía: Decoesfera
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